Algunos presidentes municipales electos de la mixteca, sienten desconfianza hacia el banco donde regularmente el gobierno federal y estatal depositan los dineros.
Esta desconfianza viene desde aquella pérdida de dinero, mejor conocida como “hackeo”.
Regularmente, los ayuntamientos municipales tienen sus cuentas en un solo banco. Así lo han hecho administraciones pasadas por la confianza y tradición que ha generado esa entidad bancaria. Por lo regular, las autoridades no cambian de banco porque así se los ha recomendado el mismo gobierno del Estado.
Hasta hace poco, los tesoreros, regidores de hacienda, presidentes municipales, habían visto en el banco Banorte, a una entidad preocupada y vigilante de la correcta operatividad. Además, lo veían como el encargado de proteger a los inversores institucionales y particulares como garantía a la integridad, estabilidad y funcionamiento fluido de los dineros.
Sin embargo, desde el famoso “hackeo” a las cuentas municipales de Huajuapan, algunos de los futuros presidentes municipales, ven con mucha desconfianza a este banco.
La desconfianza no solo es de los cercanos presidentes municipales, sino ahora también de los ahorradores comunes. Esta gente dice que prefiere ahorrar en tandas o cajas de ahorro en lugar de hacerlo en los bancos, ya que aquellas les “permiten ahorrar un poquito”.
A partir de que la gente se enteró del hackeo al banco Banorte, los ahorradores se volvieron más desconfiados, pues todos esperaban alguna explicación por parte de este banco, pero el silencio del mismo los orilló a especular al respecto.
Esta es otra de las razones por las que los próximos presidentes dicen que, después de recibir el dinero correspondiente por parte del gobierno, lo remitirán inmediatamente a otro banco que les otorgue mayor confianza, pues parece que no hay normas ni regulaciones oficiales por parte de esta institución para proteger los dineros del pueblo.
Ahora parece que el mayor desafío que tiene el banco Banorte, no es con la solvencia ni el capital, sino con su reputación.
Después del escándalo del “hackeo”, los bancos deben tomar en cuenta un nuevo ángulo que posiblemente lo han olvidado: la confianza. En las finanzas no siempre son números, la gente quiere ver confianza, esa es la clave para cualquier ahorrador o empresario o representante municipal.
Con lo del hackeo en Huajuapan, el banco Banorte guardó total silencio, y por esta situación marcó una huella en la sociedad que se antoja más difícil borrar que los agujeros contables que pueda tener esta institución.
En este momento, este banco es el que goza del menor nivel de confianza para los próximos presidentes.
Por cierto, ya salieron algunos competidores de Banorte y han entrado en contacto y convencimiento con los que regirán, en unos meses más, los destinos de los municipios. Estos bancos esperan comerse la porción del pastel que posiblemente pierda Banorte.
¿Serán 10, 15 o 20 municipios? No lo sé con exactitud, pero son varios.
Pero entre si son peras o son manzanas, un buen número de gente sigue teniendo más confianza en este banco, que en lo que dijo Juanita Cruz Cruz, presidenta municipal de Huajuapan: “nos hackearon”.
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