El Gobierno mexicano aplica una política exterior, basada en la no intervención, el arreglo pacífico de las controversias y el respeto a la autodeterminación de los pueblos, postura que derriba prácticas de gobiernos anteriores que dejaron de asumir como nuestros problemas de naciones hermanas como Bolivia y Cuba.
Penosos comportamientos que como jefes de Estado distinguieron a Felipe Calderón y Vicente Fox, son una vergüenza nacional. Pero también son el sello de políticas que buscaban adherir a México a las naciones ricas, como si fuéramos una de ellas. Esta semana, en ocasión de nuestras fiestas patrias, revivimos un pasado de invasiones y explotación, pero también de grandeza de los pueblos prehispánicos, lo que nos provoca imaginarnos un futuro soberano y digno para los habitantes de América Latina y el Caribe.
No importa qué imperio del viejo continente se hizo de nuestros territorios y riquezas, el caso es que ni las luchas por nuestra emancipación nacional pudieron librarnos de un modelo de “desarrollo” capitalista que ubica por delante la explotación del hombre, en lugar del respeto a las personas, a las comunidades, a los pueblos originarios.
Los actos conmemorativos del Inicio y la Consumación de muestra Independencia, nos dan aliento para seguir adelante. Ciertamente, a partir del arribo de un gobierno democrático y solidario con los pueblos del mundo.
El presidente ha puesto en práctica, durante sus tres años de mandato, gestos de apoyo a gobernantes como Evo Morales, donde se tuvo una actuación muy acertada a cargo de la Secretaría de Relaciones Exteriores que, en una operación altamente riesgosa – pues apenas López Obrador reveló que a punto estuvieron los militares de derribar el avión en que se transportaba el presidente boliviano y personal de la cancillería – prácticamente le salvó la vida al dirigente del Movimiento al Socialismo.
El caso más reciente es la solidaridad con la República de Cuba, cuyo presidente, Miguel Díaz-Canel, llegó a México como invitado especial. Primero, a los actos centrales del 15 y 16 de septiembre y después acude, como 17 jefes de Estado o sus representantes, a la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, (CELAC), mecanismo intergubernamental de diálogo y concertación política que podría proponer un mecanismo para sustituir a la Organización de Estados Americanos.
El discurso de AMLO llamando a terminar el bloqueo estadounidense -como apenas en junio lo hicieron 184 países en el seno de la ONU- planteando al presidente Biden que deje en libertad a los cubanos para que decidan su futuro, provocó berrinche entre quienes están convencidos de que ahora sí “avanzamos hacia el comunismo”. El embargo económico y las medidas de presión que “El Tío Sam” impone a naciones que no se pliegan a sus intereses, se ceba en el primer territorio libre de América. México mismo ha sido objeto de estos apetitos expansionistas a lo largo de nuestra historia.
Aquí mismo referí la anécdota, contada en 1985 a un grupo de periodistas latinoamericanos por uno de los ayudantes de Ernesto “Che” Guevara. El capitán Rivero recordaba cómo, cuando estaban pasando por las armas a los condenados, algunos combatientes empezaron a doblarse anímicamente. Entonces el legendario comandante les habló con elocuencia. Les dijo que para que un jardín floreciera debía eliminarse a la mala yerba, parasitaria y espinosa, si pretendían dejar en el horizonte de su Patria, un campo florido y bello. Y si no lo hacían en ese momento decisivo de la historia, la maldad podría retoñar, destruyendo el futuro. La Revolución, les recordó, “es como arrancar un árbol con todo y raíz, y pretender que viva para siempre”.
Dicha arenga los convenció, y ya no tuvieron ninguna duda. El castigo ejemplar, ha servido para desalentar cualquier intento extranjero de penetrar a territorio cubano. Hoy, sin embargo, el ataque y la agresión, se consuma de otro modo, impidiendo desde hace 62 años, el abasto de alimentos, productos y medicinas a la isla, lo cual -recordó AMLO- genera descontento interno, como se ha visto recientemente.
La postura firme de México, a favor del pueblo digno de Cuba, es resultado de la convicción humanitaria y solidaria que domina nuestra política exterior. Bien por ella, aunque se enoje la derechiza.
@ernestoreyes14.