Justin Trudeau, primer ministro en funciones de Canadá, se juega su futuro político en las elecciones que se están celebrando este lunes en el país y en las que millones de canadienses decidirán si renovar su confianza en el líder del Partido Liberal (PL) o dar una oportunidad a Erin O’Toole y su Partido Conservador.
A las 15:00 h de Ottawa, los líderes de los principales partidos políticos del país ya habían depositado sus votos y animaban al resto de canadienses, a través de las redes sociales, a que acudiesen a los centros de votación.
Trudeau votó en la mañana acompañado de sus tres hijos y su esposa, Sophie Grégoire, en su circunscripción de la ciudad de Montreal. Prácticamente al mismo tiempo, O’Toole hizo lo mismo en un centro de votación en la localidad de Oshawa, a unos 60 kilómetros al este de Toronto.
Tras emitir su voto, Trudeau publicó un mensaje en su cuenta de Twitter animando a la participación con una fotografía en la que aparece depositando su papeleta rodeado por sus tres hijos: “Acabo de votar en la 44 elección. Usted también debería”.
O’Toole también recurrió a Twitter para animar a los canadienses a que acudan a las urnas. “Orgulloso de depositar nuestros votos hoy. Asegúrense que hagan lo mismo”, dijo el líder conservador cuyo mensaje estaba acompañado por una foto con su esposa, Rebecca, al pie de la urna.
El único incidente de importancia registrado en las primeras horas del día fue un enfrentamiento en un colegio electoral de la ciudad de Edmonton, en el oeste del país, cuando dos personas se negaron a cubrir su boca y nariz con mascarillas, tal y como es obligatorio.
Según señalaron testigos del incidente, un hombre y una mujer intentaron emitir su voto sin utilizar mascarillas lo que provocó un altercado que obligó a la Policía a intervenir. Tras la llegada de los agentes, los dos individuos abandonaron el centro sin votar.
Las medidas de protección contra el COVID-19 están provocando que este año, el proceso de votación sea más lento que en el pasado. En ciudades como Toronto, se han formado largas colas en algunos colegios electorales por las medidas que restringen el número de personas en el interior.
Alrededor de 30 millones de personas están convocadas a las urnas y según los datos de Elecciones Canadá, alrededor de 6.8 millones de individuos ejercieron su derecho con antelación.
Las encuestas señalan que liberales y conservadores están prácticamente empatados en el nivel de intención de voto: el Partido Liberal contaría con el apoyo del 31.4 por ciento del electorado mientras que el Partido Conservador sumaría el 30.7 por ciento.
Pero las particularidades del sistema electoral canadiense, que es de sufragio directo por lo que en realidad hoy se celebran en el país 338 elecciones, una por cada circunscripción electoral que envía a un diputado a la Cámara Baja del Parlamento, permitirán a los liberales de Trudeau obtener más escaños que los conservadores.
La radiotelevisión pública canadiense, CBC, prevé que los liberales obtenga el lunes 155 diputados, mientras que los conservadores tendrán que contentarse con 119. Por detrás quedarán el socialdemócrata Nuevo Partido Democrático (NPD), con 32 diputados; y el soberanista Bloque Quebequés (BQ), con 31 diputados. El Partido Verde obtendría también un escaño.
De confirmarse estas cifras, la victoria de Trudeau será agridulce y añadiría presión a su liderazgo futuro de los liberales.
En agosto, Trudeau decidió convocar elecciones anticipadas sólo dos años después de los anteriores comicios y cuando las encuestas indicaban que los liberales estaban hasta 10 puntos porcentuales por delante de los conservadores.
En ese momento, una mayoría de canadienses aprobaba la gestión que el Gobierno ha hecho de la pandemia y la crisis económica creada por la enfermedad. Tras las convocatoria de las elecciones, muchos votantes expresaron su descontento con los comicios y los liberales empezaron a perder apoyo.
Durante la campaña electoral, Trudeau ha defendido la necesidad de convocar elecciones para que los canadienses puedan decidir las medidas a adoptar para salir de la crisis del COVID-19.
Los partidos de la oposición le han acusado por su parte de convocar las elecciones para intentar conseguir una mayoría absoluta en el Parlamento.
Pero Trudeau ha tenido problemas para defender la decisión y justificar los más de 600 millones de dólares canadienses (468 millones de dólares estadounidenses) que costarán los comicios, la factura más elevada en la historia electoral del país.
Con información de EFE