Así fue adornado. Vodka, Heineken, Bacardi, vino y más alcohol… una a una de las botellas de estas marcas fueron colocadas en el ventanal de herrería que cubre la oficina de Oswaldo García Jarquín, presidente municipal de Oaxaca de Juárez ubicada en la calle de Morelos.
La soberbia y el desdén que ha mostrado por resolver las problemáticas que aquejan a la capital y sus 13 agencias, convirtió en tiradero municipal el inmueble que alberga las oficinas del ayuntamiento capitalino.
Ante la mirada atónita de los policías municipales, la pestilencia se esparció en la tierra declarada por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad. La frustración, impotencia, enojo llevó a decenas de locatarios del Mercado “Benito Juárez” a accionar cerca del medio día de este miércoles.
Un volteo color blanco, lleno de desechos que fueron levantados de la calle 20 de Noviembre y Aldama fueron trasladados hasta la calle de Morelos. Las y los locatarios del “Benito Juárez” ya lo esperaban “ya viene el carro de basura”, señaló una mujer… todos corrieron y olvidaron la contingencia sanitaria.
Algunos con guantes otros sin protección jalaron una a una las bolsas de basura para cubrir la fachada del ayuntamiento.
“Nos fue a tirar a los ambulantes, nos fue a tirar basura, nosotros solo le estamos devolviendo lo que nos ha hecho”, fueron las palabras de los mercaderes, quienes bajo los intensos rayos del sol mostraron su repudio al edil morenista.
No es la primera vez que la ciudadanía “truena” contra el edil, cada semana se presentan denuncias por su mala administración. Baches, basura, inseguridad, adeudos son los temas que pesan sobre Oswaldo García Jarquín, quien solo hace oídos sordos.
Hoy remató la imagen de la capital al permitir un tiradero a cielo abierto.