Hay varias preguntas que, con honestidad, deben hacerse las personas que teniendo realmente posibilidades aspiran en estos momentos a la gubernatura de Oaxaca. Una de ellas, creo que la más importante, más allá de la valoración que potenciales electores pudieran hacer contestando una encuesta, es si están capacitados política, administrativa y moralmente para representar a las y los oaxaqueños.
Hacia el exterior, es lógico que respondan que, en efecto, son la persona más idónea para asumir dicha responsabilidad. Sin embargo, si hiciesen un honesto examen de conciencia y miraran hacia dentro, más de uno, una, quedaría reprobado por no haber tratado un asunto político en su vida, encabezar un proyecto organizativo, menos un tema administrativo, y no se diga aprobar un examen de honestidad y pulcritud en su actuar.
Hasta hoy, se ha mencionado a muy pocas mujeres. Déjenme incorporar, el nombre de Luisa Cortés García, primera presidenta estatal de Morena (periodo 2013-2016), ingeniera topógrafa, que se ha ganado el sustento con su profesión, a quien muy poca justicia se le ha hecho. No obstante, a la par de asumir próximamente un escaño en la 65 legislatura del Congreso local, se le ha encomendado la Coordinación Estatal en Defensa de la Cuarta Transformación del Movimiento de Regeneración Nacional. Un encargo honorífico que implica un reconocimiento a su experiencia organizativa y honestidad.
Sin embargo, los hombres que sueñan con ocupar el lugar que alguna vez desempeñó Benito Juárez, rebasan en número los dedos de una mano. Ahora resulta que cualquier imberbe desea ser gobernador, bromeó un señor al reaccionar en torno a trascendidos en las “benditas” redes sociales. Dicen los entendidos que, para ser suspirante, precandidato o candidato, no solo hay que serlo, sino parecerlo.
Algunos caballeros que se han movido últimamente, expresando sus aspiraciones políticas, no solo en Morena – el partido y movimiento que está llamado a ser uno de los protagonistas en la liza electoral- sino en otras formaciones políticas, están siendo sometidos a un duro escrutinio porque, ha de decir la gente, implacable y sabedora, que si no han brillado en su encargo, o demostrado capacidad y eficacia en la representación que coyunturalmente ostentan, mucho menos lo van a hacer cuando alcancen tan alta responsabilidad. Otros acelerados alzan la mano sobre un tema tan serio como es la gubernatura, por lo que la auto promoción suena más a una broma macabra.
Como no se ha comprobado que el presidente de México haya escogido ya al abanderado de su partido en Oaxaca, lo que anularía la creencia de que su esposa Beatriz escoge algunas candidaturas, la moneda sigue estando en el aire. Y más si a estas alturas todavía no se ha definido el género que le corresponde a Oaxaca entre los seis estados que relevan el poder ejecutivo.
Si la selección se realiza por medio de una o más encuestas es obvio que, apresurados por los tiempos, varios de quienes se mencionan o se dejan ver, deberían declarar abiertamente que sí quieren. Este sería el primer acto de honestidad. Quien ande con subterfugios o pretendiendo esconder el latir de su corazón, flaco favor se va a hacer a sí mismo. Una encuesta aplicada profesionalmente, debería definir no solo a la persona más conocida, sino a aquella que en este ejercicio estadístico resulte con menores negativos. La honradez en primer lugar y un modo honesto de vivir. Ah, y si garantizan, por su trayectoria de izquierda, encabezar la transformación de Oaxaca no vayan a resultar un fiasco o a entregarle el poder a quienes han dominado la política oaxaqueña.
Quien haya advertido dos recientes nombramientos realizados en las cámaras de diputados y senadores, podría pensar que ya hubo dos descartes a cambio de “premios de consolación”. Hablo de Morena. Los soñadores, en los otros partidos, si no hay un cisma morenista, serán “convidados de piedra” en la competencia. Lo único que no se vale, pues no es de hombres y mujeres cabales, es la “guerra sucia”, que alguien que se ve perdido está fomentando.
En época de transformaciones, cambiar los rituales de la política heredados del viejo régimen- como aquél de que “quien se mueve no sale en la foto”, es una obligación. La muestra la están poniendo actores políticos nacionales que aspiran a suceder a López Obrador, en donde está muy adelantada la sucesión. Todavía es tiempo de hacer sus apuestas.
@ernestoreyes14