Verstappen se llevó el Gran Premio de México con una estrategia excelente que puso a Checo Pérez en el podio y consiguió hacer historia. Una carrera fantástica.
Como si fuera cosa del destino, apenas iniciada la carrera, se presentó el primer incidente: Bottas y Ricciardo se tocaron. Este provocó que el finlandés cediera la punta a Verstappen, quien entró por la parte exterior, además, Tsunoda y Schumacher quedaron fuera de la carrera.
La grada enloqueció con la reconfiguración de las posiciones, la cual favoreció a Checo, pues se instaló como tercero, solo detrás de Hamilton, quien vio a Verstappen alejarse vuelta a vuelta.
Este año, más allá de la ausencia que hizo extrañar más el serial, se vio un apoyó aún mayor, ya que Checo mantuvo a los asistentes con los latidos a mil gracias a su buen performance, pues estuvo a la caza de Hamilton, quien lo veía más de cerca en los retrovisores antes de completar los 20 giros al trazado.
La situación con Verstappen fue aparte. El holandés se escapó sin nadie que pudiera incomodarlo y dejó a los dos de atrás la pelea por seguirlo. Hamilton y Pérez tuvieron el duelo más interesante. El segundo lugar en juego y la multitud agradeciendo ese espectáculo.
El británico sabía que los Red Bull llevaban un ritmo superior que enmascaró la calificación y lo expresó a su equipo: “estos tipos (Verstappen y Checo) son mucho más rápidos que nosotros”, se escuchaba por la radio de Mercedes.
Verstappen a pits, luego Hamilton… Checo líder de la carrera por algunas vueltas en las que se le vio rodando con un gran ritmo y seguridad. El llamado a pits llegó y regresó a la tercera posición, pero con el objetivo claro: alcanzar a Hamilton y arrebatarle el segundo lugar.
El duelo ya era uno solo: Hamilton vs. Checo. Los aficionados de pie cada vez que pasaba enfrente de ellos el tapatío. Y como si fuera una vibra que impulsara al Red Bull número 11, los tiempos se recortaban entre los dos pilotos.
La prensa extranjera en el recinto también estuvo al pendiente en todo momento de este duelo. Nervios y sorpresa a la vez por el buen rendimiento del mexicano que atacó sin piedad al inglés.
Lucha que se prolongó hasta la vuelta final sin que el mexicano lograra superar al inglés, pero que logró lo que ningún otro piloto nacional había hecho: subir al podio en casa.
Checo es pionero y le dio la mayor alegría a la afición nacional en la historia. Se redimió de todas las veces anteriores que no tuvo tanta fortuna y se va con una satisfacción enorme, al igual que las más de 400 mil personas que se dieron cita.