Varios científicos británicos trataron este sábado de reducir la alarma creada por la aparición de la variante omicron del coronavirus, considerada más contagiosa, y señalan que es probable que las vacunas existentes sean efectivas para prevenir una enfermedad grave, informó EFE.
El inmunólogo Andrew Pollard, director del Grupo de vacunas de Oxford que desarrolló el preparado Oxford-AstraZeneca, señaló a la BBC que, aunque todavía se tardará un tiempo en establecer sus efectos, muchas de las mutaciones de esta variante están ya presentes en otras sobre las que han sido efectivas las vacunas.
“Desde un punto de vista de conjetura, tenemos cierto optimismo de que la vacuna (AstraZeneca) debería aún funcionar contra la nueva variante en el sentido de prevenir el desarrollo de una enfermedad grave, si bien tendremos que esperar varias semanas para confirmarlo”, declaró.
“Las mutaciones (de la omicron) existen en otras variantes, y las vacunas han logrado prevenir la enfermedad grave en las Alfa, Beta, Gama y Delta”, mantuvo.
En la opinión de este experto, “es extremadamente improbable que, con una población vacunada, haya un retorno de la pandemia como el visto el año pasado”.
No representa una “calamidad”
En la misma línea, el microbiólogo Calum Semple, miembro del grupo Sage asesor del Gobierno británico, manifestó a la cadena pública que el surgimiento de la omicron “no es una calamidad”, e instó a sus colegas a no “exagerar” los posibles efectos.
“Es probable que la inmunidad de la vacuna aún proteja contra enfermar de gravedad. Quizás sufra un dolor de cabeza o un resfriado horrible pero la probabilidad de tener que ingresar en un hospital o en cuidados intensivos o de, tristemente, morir, se ve muy reducida por la vacuna, y eso seguirá siendo así”, mantuvo.
Semple vio adecuado que los Gobiernos restrinjan temporalmente la entrada de visitantes de países con alta incidencia de la nueva variante a fin de “ganar tiempo” para poder avanzar en el programa de vacunación y para que los expertos determinen sus verdaderos efectos.
La variante ómicron, que ha llevado a muchos Estados a suspender los vuelos con África austral, preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS) por el alto número de mutaciones que presenta, pues en apenas dos semanas se han detectado ya una treintena, con casos confirmados no sólo en Sudáfrica sino también en la vecina Botsuana, en Hong Kong o en Bélgica.