El 2021 termina, con incertidumbre mundial, ante el avance de la variante Ómicron del Sars-Cov2 que ya se coló en 23 países del mundo. Sin embargo, como advierte el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas “si no hallamos una vía equitativa para abordar la pandemia, todos seremos víctimas de ella”.
Este gris panorama, ha movido muy poco la conciencia de quienes toman las grandes decisiones, más preocupados en ver quién avanza en la carrera espacial y armamentista, que en asegurar la supervivencia humana.
Frente a la crisis de salud que nos estará persiguiendo, si no hacemos la parte que nos corresponde para cuidarnos, cumpliremos los próximos 365 días envueltos en la misma incertidumbre con la que nos dormimos en diciembre de 2019, cuando el nuevo coronavirus se presentaba como una “amenaza pasajera”.
En México, hay otro tipo de incertidumbres, pues la conducción política de López Obrador no puede abarcarlo todo. Siempre quedan cabos sueltos, ya sea en la administración pública o en el partido, asumiendo que el presidente sigue siendo el centro gravitacional del nuevo régimen.
Un ejemplo es Mario Delgado quien, en el proceso de asignar seis virtuales candidaturas a gobiernos estatales, entre ellos Oaxaca, paga lealtades a actores políticos, sin reparar en que atropella derechos de aspirantes como Susana Harp. Ella asume que se ha cometido una injusticia por su condición de mujer, por lo que ha interpuesto un recurso de impugnación ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena, quejándose de haber sido eliminada, a la mala, de la contienda interna.
Otro tanto está haciendo, por la vía jurídica, ante el Tribunal Electoral Federal porque argumenta que se violó el mandato constitucional en materia de paridad de género. Dicho criterio debió aplicarse atendiendo a la competitividad, de acuerdo con las posibilidades de triunfo de Morena en el estado y la ponderación positiva de cada persona aspirante que refleja los resultados de las encuestas.
Al no priorizar espacios ganadores para las mujeres no se puede hablar de una paridad sustantiva, ni tampoco de transparencia, justicia y equidad durante un proceso que exhibió irregularidades para favorecer a políticos preferidos de las cúpulas. En el semanario Zeta, de Tijuana, se exhibe un acuerdo de designación a favor de Salomón Jara, el 18 de diciembre, cuatro días antes de la conferencia donde dieron a conocer las encuestas.
Hay denuncias públicas de que se interpretó la ley a modo, porque de acuerdo con los criterios de paridad de género, la Comisión de Elecciones – virtualmente en manos de Delgado- debió de mandar a mujeres a encabezar los trabajos de organización a los estados con mayores posibilidades de triunfo, pues de acuerdo con la tabla de competitividad de Morena, Oaxaca es la entidad que posee mayores posibilidades de victoria.
Además, en el cruce de positivos y negativos entre los dos finalistas -Susana y Salomón- ella se mantiene arriba debido a los altos negativos que pesan sobre quien finalmente fue designado para coordinar los trabajos de organización para la defensa de la 4T, como se denomina a quienes se registrarán como candidatos.
No hay que olvidar que el 62 por ciento de personas oaxaqueñas prefiere que la candidatura sea asignada a una mujer, pues la gente sabe que, en cuestiones de honestidad y estricto cuidado de los recursos, ellas sobresalen. Susana tiene que pugnar para sentar un precedente a favor de las mujeres, porque en política, “esto no se acaba hasta que se acaba”, frase que indica que no hay que dar las batallas por concluidas. Rendirse es de personas con poco espíritu de lucha.
Este sábado toma posesión como nuevo presidente municipal de Oaxaca de Juárez, un universitario y político de izquierda verdadera: Francisco Martínez Neri, quien tiene retos como reconstruir la deteriorada imagen que hoy exhibe la capital, además de hacer realidad sus promesas de campaña. Que el 2022 sea mejor para todas y todos. Feliz año nuevo.
@ernestoreyes14