Seguramente se han de acordar ustedes de aquella frase: “Haz patria, mata un chilango”. También se han de acordar del sismo de 1985, cuando cientos de capitalinos se mudaron hacia distintos estados del país en busca de una nueva vida.
Muchos se fueron a Jalisco, donde causaron bastantes molestias a los residentes, ya que alteraron su ritmo de vida.
A partir de esos cambios de residencia, comenzaron a salir chistes y frases contra los habitantes de la ciudad de México; una de ellas fue “haz patria, mata un chilango”. Esto significó para muchos censurar la cultura capitalina. En una escuela primaria de Hermosillo, Sonora, mataron a golpes a un niño originario del entonces Distrito Federal. Ante eso nadie dijo nada. Los diarios estatales y nacionales ignoraron el infanticidio y la xenofobia.
La frase contra los chilangos creó en mucha gente una discriminación violenta hacia quienes consideraban como diferentes o peligrosos.
Les relato esto como ejemplo de lo que han causado las palabras del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, contra los periodistas de todo el país. Todas las mañanas hablar en contra de los periodistas, es como las pintas que se veían en las paredes de muchos edificios en contra de los chilangos. Hoy no se trata de matar a un chilango, sino a un periodista. El poder de las palabras del presidente se han hecho tangibles.
Calificar a los periodistas todos los días como viles, mafia, golpeadores, hampa del periodismo, chayoteros, prensa fifí, son de lo peor, maiceados, conservadores, deshonestos, hipócritas y otro montón de insultos, sus seguidores lo toman como parte de las reglas morales de la 4T.
Ante la ofensiva diaria de López Obrador contra la prensa, los organismos internacionales tienen puestos los ojos sobre nuestro país. Gracias a esa acometida mañanera, México se ha convertido en el país más peligroso para ejercer el oficio.
Como López Obrador es un hombre de ocurrencias, un día se le prendió el foco para hacer un espacio de “las mentiras de la semana”. Desde ahí, una mujer que no sabe leer, como lo afirmó Obrador, hace ataques individualizados, lo que multiplica el odio hacia los medios.
Todos los días en las mañaneras, Obrador atenta contra la libertad de expresión, y contra los periodistas de manera directa.
Como el gobierno de la 4T no haya como parar la verdad sobre la ineptitud de este gobierno, prefiere decir que la prensa miente, que se prostituye, que es sicaria, entre otras ofensas, y con ello predispone a sus seguidores para que estos vean a los periodistas como peligrosos y… los maten. Cinco periodistas han sido asesinados en nuestro país en este año.
Obrador sabe que al picar piedra todos los días, llegará el momento que afectará la libertad de expresión, la pluralidad mediática y el derecho a informar y ser informado.
Los periodistas ya comenzamos a manifestarnos casi en todo el país, ante su abuso de poder. Él no va a parar con su intimidación, hasta que llegue al corazón de todas las libertades civiles que es la libertad de expresión.
Va a ser muy difícil que el presidente reconozca que con sus palabras está afectando a la libertad de expresión. Si los periodistas no logramos nada, usted, que nos lee todos los días, usted que nos escucha o que nos ve, también perderá el derecho a informarse y ser informado.
No sólo Obrador está luchando contra los medios, también muchos gobernadores, a quienes poco les importa los riesgos que corre un reportero. En nuestra entidad, lo que diga Murat en favor de los comunicadores, será difícil de creerle.