Los déficits de precipitación y temperaturas más cálidas fueron factores que influyeron para que se registrara un incremento en las áreas con sequía de México, así lo reveló el último informe del monitor de sequía de la Conagua.
Al 15 de febrero, se tenía documentado que 224 municipios, de 2,463 contabilizados, se encontraban entre sequía moderada y excepcional en el país, para el 28 de febrero la cifra de localidades en los mismos rangos se ubicó en 385, es decir un aumento de 71.8 por ciento.
Si se consideran las localidades catalogadas como anormalmente secas, para el 28 de febrero la cifra ascendió a 1,200 con afectaciones, cuatro municipios más que los 1,196 registrados al 15 de febrero.
Según el reporte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) los déficits de precipitación se observaron principalmente en la Península de Baja California, la Sierra Madre Occidental, y el norte de Coahuila y Nuevo León. Temperaturas más cálidas que el promedio se registraron en el centro, occidente y la región Pacífico Sur.
“En el noroeste se incrementó la sequía moderada y severa (D1 y D2); la sequía de moderada a extrema (D1 a D3) aumentó en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas; mientras que, en la región centro, occidente y Pacífico sur se incrementaron las condiciones anormalmente secas (D0) y la sequía moderada (D1)”, según el informe.
De igual modo se documentó que el porcentaje del territorio con algún tipo de afectación (D0 a D4) por este fenómeno pasó de 56.31% en la primera quincena del mes pasado a 66.21% para la segunda quincena. Dentro del rango de sequía moderada a extrema fue de 23.11% a nivel nacional, 9.95% mayor que lo cuantificado al 15 de febrero pasado.
Las entidades con la totalidad de su territorio con afectaciones por sequía son Aguascalientes y Sinaloa, mientras que estados como Nayarit, Coahuila, Colima, Durango, Jalisco y Zacatecas presentan grados de sequía que afectan hasta el 98% de su terreno.
En contraparte, Morelos, Tabasco, Tlaxcala y Yucatán no presentan afectaciones.
Impacto en infraestructura
Especialistas consultados concuerdan en que la sequía que ha vivido el país desde el año pasado y que se ha presentado en los tres primeros meses del 2022 es preocupante, al tiempo que refirieron que las medidas aplicadas por el gobierno son reactivas, sin tomar en cuenta el fondo de problema y que se carece de un presupuesto para hacerle frente.
“Preocupa que no se haya dirigido el presupuesto conforme a la necesidad, vemos una reducción en los últimos cinco años de casi 100%. Se trabajó con más de 55,000 millones de pesos y ahorita se encuentran a bajo de los 30,000 millones, hubo un aumento este año, sin embargo, es insuficiente y lo reportan los diferentes entes”, dijo Juan Francisco Bustamante.
Desde la perspectiva del director de la Asociación Agua en México existe una falta de interés por parte de los organismos gubernamentales para promover un mejor uso del líquido vital e indicó que las sequías podrían acarrear problemas en la infraestructura hídrica de México.
Con lo anterior concordó la profesora investigadora del Centro de Estudios Demográficos, Urbanos y Ambientales de El Colegio de México, Judith Domínguez y abundó que en las grandes presas los sedimentos se acumulan en esta época de estiaje y bajas lluvias.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, del 1 de enero al 6 de marzo pasado, se ha registrado un déficit de 26% de lluvia en comparación con el promedio histórico.
“Lamentablemente no hay suficiente dinero para desazolvar las presas. El calor extremo pude afectar la infraestructura y lo hemos visto en empresas en EU (…) La percepción es que la escasez ya nos alcanzó y la están viviendo sobre todo en los estados del norte del país”, refirió.
Francisco Bustamante explicó que derivado de los posibles problemas de la sequía en México es que el agua que llega a los hogares mexicanos podría llegar contaminada, además de que, estimó, podría propiciar que se tenga que renovar la infraestructura hídrica “porque está ideada e implementada por un tipo de suministro de agua (…) se requeriría infraestructura nueva y no habría dinero para eso, de tener 90% de acceso al agua, bajaría a 80 o 70% estamos hablando de más de 30 millones de personas sin acceso a agua”.
Fuente: El Economista