A 13 años de la extinción de Luz y Fuerza del Centro, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) llega dividido y sin grandes avances en las negociaciones con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Si bien, el gobierno federal ha mantenido un discurso de apoyo a los electricistas, no ha dado respuesta a la principal demanda que es recuperar su materia de trabajo de 16 mil trabajadores que, de acuerdo a la dirigencia del gremio, no se liquidaron.
Desde que llegó la administración de López Obrador se atendió al SME en la Secretaría de Gobernación, pero sin resultados. Después salió de la dependencia Olga Sánchez Cordero y esto trabó cualquier diálogo, ya que el nuevo titular de la Segob, Adán Augusto López, ha ignorado totalmente al grupo de Martín Esparza.
En cambio, los que lograron atención en Palacio Nacional fue la disidencia, con quien el propio Presidente anunció un acuerdo de jubilaciones para miles de trabajadores que quedaron sin ese beneficio antes de la extinción de la paraestatal en 2009.
No obstante, el acuerdo firmado por el gobierno Federal con Rosendo Flores, ex dirigente del SME y detractor de Esparza, desató un nuevo conflicto dentro de esta organización confrontando a los dos grupos que se pelean el control del Sindicato.
Aunque la Secretaría del Trabajo entregó la Toma de Nota a Martín Esparza como secretario general de ese sindicato, en medio de fuertes acusaciones de la disidencia por presuntas irregularidades durante la última elección, el propio presidente López Obrador decidió ignorarlo en ese nueva negociación.
La presencia de Rosendo Flores en la conferencia mañanera es una mala señal para Martín Esparza, quien gradualmente ha tratado de modificar sus señales y ataques hacia el presidente López Obrador, pese haberse enfrentado a él desde la campaña.
Flores, opositor férreo a la dirigencia actual del SME, acudió a Palacio Nacional para anunciar que casi 9 mil ex trabajadores de Luz y Fuerza del Centro obtendrán su jubilación, pero ninguno de los integrantes del Comité Ejecutivo del sindicato estuvieron ahí.
Y es de entenderse, pues aunque Esparza ha suavizado y modificado su postura ante el titular del Ejecutivo Federal, no se olvida que éste fue de los primeros en ampararse, a través de su empresa Fénix, en contra del decreto con el que se pretendía dar revés a la reforma energética.
Incluso, Esparza se lanzó fuertemente en diversas ocasiones en contra del presidente López Obrador.
“La mañanera, ahí la tenían en una bocina y dándole duro y es que el Presidente y ahí todo lo que dijo este señor porque el señor pues todos los días se le ocurre algo, como no hay resultados, no hay empleo, la economía se cayó, muertos por todos lados, la pandemia, los hospitales llenos, no hay resultados, bueno pues circo, ¿no eso es lo que buscan?”, expresó durante una asamblea en el auditorio del SME.
Estos pronunciamientos no vienen de ahora, pues durante la campaña de AMLO, el dirigente lo calificó de Mesías.
“Algunos creen que el año que viene va a llegar el mesías en el país a la Presidencia de la República y que van a restituir a Luz y Fuerza, a Pemex, a CFE, los contratos colectivos, que se van acabar 30 años de privatización, ustedes creen eso, yo tampoco lo creo compañeros”, lanzó durante un mitin.
No obstante, desde finales del 2021 a la fecha, Martín Esparza ha hecho público su apoyo a quien criticó duramente. Incluso ha pagado mantas y espectaculares en Hidalgo, donde tiene su zona de influencia, para manifestar su espaldarazo a la iniciativa presidencial sobre el sector eléctrico.
En ese contexto, la disidencia a Esparza se anota un triunfo y hace oficial lo que se había adelantado desde junio del año pasado: un acuerdo con el gobierno para que casi 9 mil ex trabajadores de LFC reciban su jubilación.
Tras el anuncio en Palacio Nacional los disidentes acudieron a la Unidad de Inteligencia Financiera, donde aseguraron que Esparza está siendo investigado por presunto enriquecimiento ilícito.
Rosendo Flores y Mario Benítez, quienes encabezaron la movilización a las oficinas de la UIF, como hace dos años, fueron recibidos por el titular de ese organismo, Pablo Gómez.
Un día después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara el acuerdo con Flores, la dirigencia del SME lo desconoció y calificó al disidente como un “personaje siniestro” que se hizo pasar por representante de la organización.
“Rosendo Flores no tiene ningún cargo de representación dentro de nuestra organización sindical. Es jubilado de LFC y ex dirigente del sindicato. No participó en lo absoluto en los 12 años de resistencia del sindicato mexicano. Desde el decreto de extinción de LFC no ha cumplido con sus obligaciones estatutarias; desde 2009 no ha participado en nuestras asambleas o del grupo de jubilados, no ha cumplido con su obligación de votar en ninguno de los procesos internos, no ha aportado su cuota sindical ni participado, desde entonces, en ninguna movilización convocada por el SME”, refiere el documento difundido por la dirigencia de los electricistas.
Además, refiere que Flores pretende liderar a un grupo de disidentes “que han fracasado repetidamente en su intento por ser electos como representante de los trabajadores. La derrota de estos últimos ha sido tanto electoral como jurídica, pues las demandas que han interpuesto ante instancias externas al sindicato, violentando el marco estatutario, han sido desestimadas o desechadas por las propias autoridades”.
Fuente: Milenio