El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, Ricardo Monreal Ávila, convocó a los eurodiputados a un encuentro de alto nivel para “informarles” de la situación de seguridad para defensores de derechos humanos y periodistas en México, pues rechazó que la realidad sea como el Parlamento Europeo plantea en la resolución que aprobó el pasado 10 de marzo.
En la invitación, el líder de los senadores de Morena pidió respeto a la soberanía y la hizo formal a través de una carta difundida ayer, que envió a la eurodiputada Roberta Metsola Tedesco, presidenta del Parlamento Europeo (PE).
“Me permito poner a su consideración la propuesta de un encuentro de alto nivel, a la brevedad que sea posible, para abordar temas de mutuo interés y proporcionar a ustedes la información y puntos de vista de los integrantes del Senado mexicano, en un marco de respeto mutuo y disposición de escuchar los argumentos de cada una de las partes”, señaló en la misiva fechada el 11 de marzo.
Monreal argumenta que el encuentro servirá “para dialogar y resolver las diferencias”, y propone a la eurodiputada coordinarse para concretar los detalles, logística, agenda y demás puntos de esa posible reunión interparlamentaria.
En la carta, el morenista reconoció que está consciente “de los retos que mi país enfrenta en materia de seguridad pública y de las acciones que debemos emprender para frenar la violencia criminal en contra de los periodistas, defensores de derechos humanos y otras actividades de causas sociales”.
Sin embargo, también reprocha a los legisladores europeos el haber aprobado la resolución sin antes dialogar con sus contrapartes mexicanas, vía la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea.
“La resolución del Parlamento Europeo P9 TA (2022)0078… ha tomado por sorpresa al Senado de México”, expuso.
Entre lo que expone la extensa resolución del PE, se apunta que “México es desde hace mucho tiempo el lugar más peligroso y mortífero para los periodistas fuera de una zona oficial de guerra”, y que el 2022 arrancó como “el año más mortífero para los periodistas en México, con al menos seis asesinados”.