Tras cruzarse con un área de cuevas donde se realizan las obras del tramo 5 del Tren Maya, en Quintana Roo, organizaciones advirtieron sobre posibles colapsos y socavones que podrían surgir en la zona.
“La construcción de infraestructura ferroviaria encima de terreno kárstico, poroso y de poco espesor es altamente riesgosa y puede derivar en inminentes colapsos, además de generar la contaminación irremediable de este acuífero debido a la perforación para la instalación de pilotes y otras estructuras”, advirtió Greenpeace en un comunicado.
El sitio, conocido como “Avispa enojada”, tiene 3 mil 278 metros de longitud y fue mostrado durante la protesta de Greenpeace el pasado lunes. En él, se encontraba personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que entraron a la cueva en busca de vestigios humanos, afirmó el colectivo Sálvame del Tren.
Organizaciones ambientalistas como Siempre Unidas, Jaguar Wildlife Center, Centinelas del Agua, Red de Formadores Socioambientales y Moce Yax Cuxtal, explicaron que el área es parte de las múltiples cavernas y ríos subterráneos que hay en la zona. Alertaron sobre las posibles afectaciones a los sistemas de cuevas.
De acuerdo con el colectivo Sálvame del Tren, en el tramo entre Playa del Carmen y Tulum hay más de mil 800 kilómetros de cuevas y ríos subterráneos explorados. Asimismo, aseguró que en el trazo del tramo 5, es probable que la vía pase por arriba alrededor de 100 puntos de cenotes, cuevas o ríos subterráneos.
A su vez, Greenpeace denunció que el tramo pasará por “varios sistemas de cuevas y ríos subterráneos, entre los cuales se encuentra el sistema Dos Ojos-Sac Actun, que es un sistema complejo que pudiera llegar a tener hasta mil kilómetros y que aloja restos humanos, faunísticos y cerca de 200 sitios arqueológicos”.
Por su parte, la activista mexicana, Camila Jaber, advirtió que la modificación de la ruta del Tren Maya pone en peligro los ríos subterráneos de la zona, en los que se encuentran cenotes.
En contraste, el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró el pasado lunes que la construcción en el tramo 5 no afectará a los cenotes, ríos subterráneos ni el ecosistema.