La pandemia sacudió al mundo, a todos los sectores productivos incluyendo a la industria del vestido que, de acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) y la Cámara Nacional de la Industria Textil en México, en 2020, las ventas cayeron en 95 por ciento, la producción vislumbraba el mismo panorama.
En Hidalgo, las empresas formales e informales se reinventaron y un 70 por ciento de las mismas, subsistió durante la emergencia sanitaria produciendo cubrebocas para el mercado local, así como un porcentaje menor para la exportación del producto hacia Estados Unidos, informó el presidente de la Cámara Nacional de la Industria del Vestido (Canaive) en Hidalgo, Arturo Salinas Arteaga.
“La industria se reinventó durante la pandemia, muchos poniéndose en riesgo por no tener licencia de funcionamiento para producir cubrebocas porque no tenían el permiso de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) pero, algunas empresas lograron aliarse con una compañía que se dedicaba a sanitizar todos esos productos.
“Después, a todos los demás, nos pidieron desinfectar áreas de trabajo, utilizar indumentaria espacial para fabricar el producto y el 70 por ciento de las empresas hidalguenses subsistieron por la fabricación de cubrebocas en esta emergencia sanitaria”, explicó el líder textilero.
La emergencia
Al incrementarse los contagios de covid-19 en la entidad, la sociedad hidalguense inició la búsqueda del producto básico para evitar los contagios de covid-19, así que el cubrebocas resultó ser la clave para la industria y el consumo local.
“Todo el producto se quedó en Hidalgo, fue consumo local. Las textileras tenían las máquinas así que hubo que reinventarnos, solo hubo dos empresas que pudieron exportarlos a Estados Unidos, aquellos que se aliaron con la empresa con permiso de la Cofepris, de Zacualtipán que produjeron los cubrebocas tricapa y con plisado, lograron estar en el mercado”, explicó.
Por desgracia, no todos alcanzaron ser parte de esta reconversión productiva y un aproximado de entre el 20 al 25 por ciento cerraron sus puertas, despidieron empleados, “fue una situación muy difícil la que se vivió con la pandemia, sobre todo en municipios como el mismo Zacualtipán y en Cuautepec”, refirió Salinas Arteaga.
La actualidad
El sector textilero en Hidalgo “es fuerte”, así que, tras el inicio de permisos sanitarios para que tiendas departamentales pudieran reactivarse, también se logró que la esperanza en quienes conforman al sector no se perdiera, sin embargo, este avance ha sido lento y, en comparación con lo que vendían antes de la pandemia, han logrado reactivarse en un 30 por ciento, además de tener que enfrentar el incremento de sus costos para recuperarse del aumento del precio de los insumos que se han dado derivado de esta emergencia sanitaria que ha provocado el lamentable fallecimiento de más de ocho mil personas en el estado.
“Hasta un 10 por ciento hemos tenido que aumentar el costo de la producción del año pasado a la fecha porque, la decisión de la federación de aumentar el salario, también nos vino a afectar, contando que ha subido el costo de la luz, el agua y el gas, por lo que en un promedio ha incrementado entre cinco y 12 por ciento nuestros costos.
“Lo que hemos estado haciendo es capacitar mejor al personal para hacerlo más productivo sin exceder su jornada laboral de 48 horas de lunes a viernes o sábado, para hacer más competitivo al sector”, explicó.
La informalidad
Sin embargo, el incremento de los insumos no ha sido la única situación que enfrenta la industria en este 2022, también lo es la informalidad, la competencia desleal y el precio de productos chinos que llegan al país.
“La Canaive se conforma por un grueso de 150 empresas formales y unas 400 a 450 informales, y esto es un serio problema porque hay una competencia desleal con los precios que ofrecen quienes no pagan impuestos, los que no pagan luz o agua, así que también esto sigue siendo un problema para el gremio.
“A pesar de que la cámara se ha acercado a este gran número de empresas no tienen conocimiento de que se requiere de una licencia de funcionamiento de un estudio de impacto ambiental, a pesar de que contamos con el apoyo del gobierno estatal, a través de la Secretaría de Desarrollo Económico, pero se asustan por el pago extra, la anualidad y no se tiene entendido que es mejor estar en la formalidad”, explicó,
Tras este duro golpe que padeció el gremio con la pandemia, Hidalgo ha disminuido en el ranking de productores textileros a nivel nacional de estar en un cuarto lugar a estar en el noveno, pero el sector no perderá la esperanza de que las ventas incrementen y con ello la producción se acelere, pero sobre todo, esperan que la informalidad también disminuya para fortalecer al sector que proporciona miles de empleos en el estado de Hidalgo.
En México, previo a la pandemia, la industria generaba ventas de alrededor de 28 mil 900 millones de dólares y mantenía un crecimiento de 3.6 por ciento año contra año
Derivado de los confinamientos y restricciones, sus centros de ventas se vieron en la necesidad de cerrar temporalmente
De acuerdo a especialistas, la industria textil mexicana ha tenido una problemática con los productos asiáticos, dejando al gremio nacional en desventaja, no sólo en precio sino en mano de obra y calidad; señalan que tras la pandemia, la propia situación internacional le podría dar un respiro al sector nacional
Fuente: Milenio