Debanhi Susana Escobar Bazaldúa, una joven de 18 años de edad, desapareció el 9 de abril en Escobedo, Nuevo León. Desde entonces, han circulado versiones revictimizantes sobre el caso. Mientras la Fiscalía General de Justicia estatal ha descuidado el debido proceso, los medios han publicado pruebas “filtradas”, denuncian abogadas y activistas.
En este periodo, se han difundido videos de la joven, testimonios de supuestas videntes, hilos de Twitter y videos de TikTok con teorías sobre posibles personas implicadas, imágenes con supuestos mensajes de chats, entre otros hechos que los medios de comunicación han convertido en “noticia”.
Ante el bombardeo de (des)información, hay al menos dos preguntas: ¿la Fiscalía estatal trabaja para mejorar la búsqueda de mujeres desaparecidas y para evitar los feminicidios? ¿Los medios de comunicación cumplen con su labor de informar con ética y perspectiva de género? Abogadas, activistas feministas y periodistas consideran que la respuesta a ambas interrogantes es no.
La activista y exdiputada independiente de Nuevo León, Claudia Tapia Castelo, califica como desatinada la manera en que la Fiscalía estatal ha manejado el caso, lo que pone en evidencia “las graves carencias que existen en la procuración e impartición de justicia con perspectiva de género, así como en las acciones de prevención y erradicación de la violencia en contra de las mujeres”.
La abogada Leslie Jiménez, de la organización Impunidad Cero, considera que la filtración de material a medios de comunicación muestra una grieta en la cadena de custodia.
A esto se suma una cobertura mediática con sesgos sexistas en un ambiente generalizado de violencia contra las mujeres.
“Es impresionante cómo la violencia sexista está institucionalizada en los medios y se rehúsan a cambiar su modelo de negocios, porque hay una monetización activa de la crueldad y de la brutalidad contra el cuerpo de las mujeres. Espectacularizan la violencia”, señala Mariana Limón, periodista independiente de Nuevo León.
Cómo han informado la Fiscalía y los medios sobre el caso Debanhi
Tras el hallazgo y la confirmación de que el cuerpo encontrado en el interior de una cisterna del motel Nueva Castilla era el de Debanhi, Mario Escobar, padre de la joven, criticó la investigación de la Físcalia de Nuevo León y acusó que se tardaron en llegar, en encontrarla y en tomar el caso en serio.
El fiscal de Nuevo León, Gustavo Adolfo Guerrero Gutiérrez, aseguró que se brindaría información de manera pública sobre el caso, siempre y cuando no se dañara el debido proceso.
El 27 de abril, en una conferencia junto al papá de Debanhi, las autoridades mostraron videos de cámaras de seguridad que captaron a la joven el día de su desaparición. El material fue obtenido de la empresa ALCOSA y de cámaras de vigilancia del restaurante del motel Nueva Castilla.
Esa misma noche, la reconocida conductora de un noticiario estelar nocturno presentó videos obtenidos mediante una filtración de información. En las imágenes se ve a Debanhi en el exterior de la Quinta a donde acudió a una fiesta. También parece pelear con sus amigas, quienes han declarado que tuvieron pleitos con Debanhi esa noche. Esa información ha sido retomada por medios de comunicación.
¿Qué pasa con la “filtración” de videos, cuya fuente no es clara, pero que son difundidos por los medios de manera masiva en medio de una investigación en curso? Impunidad Cero considera que las autoridades han descuidado elementos que forman parte de la investigación. Es decir, la cadena de custodia ha sido vulnerada.
La cadena de custodia es una técnica de investigación que deben seguir las autoridades, con el fin de etiquetar y resguardar los elementos de prueba o evidencias de un caso. Esto tiene como objetivo evitar que los elementos se contaminen o afecten el sesgo de las autoridades que imparten justicia, explica Impunidad Cero.
En el caso de la desaparición de Debanhi, la filtración de videos crea una visión negativa. “Lo que se está realizando actualmente es un proceso de revictimización en torno a cómo Debanhi falleció, poniendo principalmente en duda si había consumido alguna clase de sustancia, si fue un accidente, si realmente no hubo una tercera o segunda persona involucrada. Esos tres ejes pueden afectar el sesgo, la opinión o en su caso la visión de una autoridad”, apunta Leslie Jiménez, coordinadora de proyectos de Impunidad Cero, en entrevista con El Financiero.
La especialista señala como ejemplo que los agentes del Ministerio Público que llevan el caso podrían actuar bajo estereotipos o afectar la opinión de un juez si hubiera una persona imputada por la muerte de Debanhi.
En el caso de los medios de comunicación, la manera en que han tratado la información y han expuesto datos personales o insinuado aspectos negativos sobre ella parten de estereotipos de género, y esto contamina la visión de todos los servidores públicos, añade la especialista.
“Los estereotipos de género construyen una mirada muy negativa sobre lo que debe ser una víctima ideal, una víctima perfecta. Una víctima perfecta, hablando de mujeres, debe ser una chica que no esté fuera de su casa, que no consuma alcohol y no consuma drogas, una chica virginal, una chica de casa. Está ahí esa idea. Y si tú como víctima no te adecuas a esta idea social de discriminación y de estereotipos por razón de género, ¿qué sucede? Que todo lo que te llegara a ocurrir es tu responsabilidad. La narrativa de la Fiscalía y de medios de comunicación al retomar estos videos perpetúa esta idea de una mala víctima”, puntualiza la abogada.
Tanto Jiménez como Tapia coinciden en que los medios tienen un deber ético a la hora de informar, especialmente si se trata de violencia contra las mujeres. Señalan que se olvida que al informar sobre feminicidios y víctimas de violencia se habla de personas con familias, que sufren por las desapariciones o asesinatos de sus familiares.
“Hemos sido testigos de cómo se ha revictimizado a una mujer y su familia a la que el Estado fue incapaz de garantizarle su seguridad para que pudiera regresar a casa tras salir de fiesta como cualquier persona de su edad”, apunta Cladia Tapia.
Hay que corregir el camino
Ante la revictimización y la cobertura estigmatizante en los casos de feminicidio, hay que pensar cómo corregir el camino para no incurrir en estas violencias.
Danae Silva es la arquitecta detrás de La Corregidora, quien propone titulares nuevos en lugar de aquellos que estigmatizan y culpan a las mujeres de la violencia que sufren.
“Lo que más veo es que no critican, no cuestionan a las autoridades que claramente no hacen un buen trabajo (…) Los medios siempre se van por el amarillismo, por criticar lo que hacen las mujeres, las mamás, las amigas, pero no cuestionan a las autoridades”, denuncia la activista.
Explica que no solo critica los titulares porque considera que son especialmente sexistas, sino que “son un reflejo de la sociedad. Las personas que trabajan en medios simplemente dicen lo que piensan nuestros vecinos o nuestras familias”, con base en estereotipos de género, apuntó.
Para Mariana Limón, es necesario que todos quienes trabajan en medios tengan talleres de sensibilización en temas de violencia de género. Además, “se necesita un cambio en los modelos financieros, porque si ahorita el único modelo financiero es el clic, entonces es fácil vender el morbo, vender la crueldad”.
Por Emilia López Pérez