-90 años de historia, de tradición retumbaron por las calles de la capital oaxaqueña, es nuestra Guelaguetza
-El cielo también celebró después de dos años de pandemia, y el mezcal corría como agua fresca
Los faroles coloridos se asomaron por las calles del centro de la ciudad: causaron sensación.
Son 90 años de Guelaguetza, 90 años de tradición retumbaron junto con los juegos pirotécnicos.
El cielo también celebró después de dos años de pandemia la fiesta más importante de los oaxaqueños regresó.
Las Chinas Oaxaqueñas abrieron la celebración. Sus faldas multicolores pintaron las aceras de las calles de Oaxaca. Entre el público el mezcal corría como agua fresca para abrir la garganta de quienes a todo pulmón lanzaban vivas.
Altivas las mujeres del istmo movían con cadencia su cintura envueltas entre faldas de terciopelo negro y flores chillantes. Desde Ejutla llegó la culebra; las gargantas cantaban: “qué te pique el rabo culebra, que no me haces nada culebra”.
Las máscaras y flequillos en las piernas aparecieron los diablos de la mixteca. Con ojos profundos y rostros de color rojo los diablos invitaron a bailar y disfrutar.
Desde la mazateca, las mujeres hicieron honor a Maria Sabina. Ivette Morán apareció ataviada con un huipil de San Melchor Betaza de la Sierra Norte, junto con ella el gobernador Alejandro Murat en la recta final de su administración.
Medio cerro fue subir y medio cerro fue bajar para que la delegación de San Juan Bautista Tuxtepec llegara a la capital. Las mujeres lucían sus trajes con cabellos trenzados con listones multicolores.
La imagen principal de esta Guelaguetza, el tiliche o el viejo no dejaba de bailar, logró su cometido: citar a las ocho regiones para celebrar la vida y la unión de los pueblos originarios.
En esta celebración, más importante de América Latina, llegaron los Valles Centrales con el jarabe del valle. Los hombres con guajolote en brazos y las mujeres con canastas de dulce y mezcal.
Esta tarde-noche, el llamado a Guelaguetza fue contundente. Los visitantes y locales se arremolinaron en más calles para sumarse a la fiesta, a la fiesta que todos aman y admiran.