Los sombreros fueron ondeados al ritmo de la canción mixteca. ¡Qué lejos estoy del suelo donde he nacido!, fue una de las estrofas que hizo vibrar y llorar a más de una de las 12 mil almas presentes en la rotonda de las azucenas en la Guelaguetza presencial del 2022.
La tristeza invadió por un instante a la delegación de Ejutla de Crespo, quien este año perdió en un accidente automovilístico a Citlalitl Ramos y su esposo Víctor Manuel Ramírez. “¡Baila Víctor, baila desde arriba!”.
El festival racial más importante de América Latina, arrancó con el himno de la Diosa Centéotl o Diosa del Maíz representada este año por Jacsenic Maybeth Rodas González de Santo Domingo Tehuantepec.
Una a una las mujeres de las regiones del estado rodearon el escenario para escuchar la intervención de la mujer istmeña, quien apareció altiva y orgullosa de sus raíces. Enfundada en una falda de terciopelo Jacsenic invitó a los visitantes a vivir Oaxaca.
“Después de dos años volvemos a pisar este auditorio regresan las chilenas, los jarabes y los sones. Oaxaca se viste de colores compartiendo su música, danza y tradiciones. La Guelaguetza celebrando sus 90 años”.
En el auditorio, enclavado en el Cerro del Fortín de la capital oaxaqueña se rindió primero un minuto de silencio por las víctimas de la Covid19.
Cerca de 12 mil almas se dieron cita en este recinto conocido como la rotonda de las azucenas, en donde 13 delegaciones de las regiones del estado presentaron cada uno de sus sones y jarabes.
Fue la delegación de Chinas Oaxaqueñas quienes abrieron este espectáculo de danza y tradición, la cual fue encabezada por el gobernador Alejandro Murat su esposa Ivette Morán así como Norma Rocío Nahle García secretaría de Energía además de Evelyn Salgado Pineda gobernadora de Guerrero así como Víctor Villalobos secretario de Agricultura.
Los sones y jarabes de la región del Istmo de Tehuantepec se hicieron presentes, la labrada de cera impactó a más de un visitante; la cadencia de los movimientos de las mujeres de esa región marcó esta celebración.
Buenos días Oaxaca, sólo les vengo a decir que acabamos de llegar, medio viaje fue subir y medio viaje bajar. Las palabras y después de ellas los aplausos. Una equivocación en el paso no fue motivo para que el auditorio en su totalidad ovacionara a las mujeres tuxtepecanas con su Flor de Piña.
Los danzantes con grandes penachos se presentaron en la rotonda de las azucenas junto con el tradicional jarabe del valle que fue ejecutado por la delegación de San Sebastián Tutla. Antes el sonido de las chirimillas anunciaba 90 años de Guelaguetza, 90 años de unión y tradición.
En el 2020, la Guelaguetza fue suspendida ante la pandemia. A través de las plataformas de internet del gobierno de Oaxaca se retransmitió las ediciones pasadas.
Las marmotas no dejaban de girar al ritmo de las notas musicales. La picardía de la región de los costeños y de Pinotepa Nacional no podían faltar. La maestría del Jarabe Mixteco inundó de admiración y aplausos al auditorio que tuvo que descansar por dos años.
24 meses transcurrieron para volver a ver disfrutar las presentaciones de Huahuatla de Jiménez, de Santos Reyes Nopala con la representación de la boda.
La Secretaría de Turismo de Oaxaca estimó una derrama económica de más de 460 millones de pesos durante esta temporada de Guelaguetza.