Un elefante se columpiaba, pum, pum, sobre la tela de una araña, pum, pum, cantaban pecho tierra niños y adolescentes de Fresnillo, Zacatecas, el municipio con mayor percepción de inseguridad del país, durante un simulacro de balacera como parte del curso de verano de una biblioteca local.
Días antes, el lunes 1 de agosto, una niña de cinco años que apenas entraría al kínder murió baleada junto con su padre dentro de su camioneta, narró su madre, y en mayo fue asesinado un niño de tres años cargado en brazos por su abuela en medio de fuego cruzado en una iglesia del municipio. El domingo pasado un grupo armado abrió fuego contra cuatro adolescentes de entre 14 y 17 años.
“Han salido con daños colaterales algunos niños y a veces es porque no saben qué hacer, se traban. Hay opiniones encontradas [sobre los simulacros] porque pareciera que se normalizan las actividades delicuenciales, pero lo que estamos haciendo parte de una realidad que estamos viviendo”, dijo en entrevista Saúl Monreal, el Alcalde de Fresnillo, donde la Policía de Proximidad ha implementado esta medida de prevención dado que el 97.2 por ciento del municipio dice sentirse inseguro (Inegi, 2022).
En Tres Hermanas, un rancho del municipio ocupado por el crimen organizado, hay una escuela abandonada con ventanas rotas y huellas de balazos en la puerta. Pero el Alcalde comentó que planean que la capacitación de simulacros de balacera no sólo se extiendan a las escuelas adonde asisten niños y adolescentes, sino al sector empresarial en un municipio con actividad minera, “porque todos estamos expuestos” en la calle y el negocio.
En días pasados, el Departamento de Estado de los Estados Unidos incluyó a Zacatecas en la alerta de viaje a sus ciudadanos por violencia e inseguridad, una lista conformada por otras cinco entidades.
Josefina Padilla, presidenta de la Unión de Padres de Familia estatal, aseguró vía telefónica que a los padres de familia la medida de los simulacros de balacera primero les “sonó fuerte”, pero en un estado donde escuchar balazos en el día ya es parte de la vida cotidiana, “no podemos cerrarnos a la realidad y debemos saber cómo responder, claro que con una buena coordinación”, incluyendo el protocolo estatal para la protección integral de los niños que, lamentó, no todas las autoridades conocen.
“Se debe implementar un comité de protección civil interno en cada institución, no puede ser sólo a la deriva, debe haber un protocolo para llevar a cabo este tipo de simulacros y reducir los riegos para nuestros niños”, aseguró.
DEL SIMULACRO A LA REALIDAD
Los simulacros para que los menores de edad sepan cómo protegerse durante una balacera mientras estudian se han extendido en colegios de Baja California, Zacatecas, Puebla y Morelos, luego de que en mayo de 2010 ocurrió realmente un enfrentamiento cerca de una escuela en Nuevo León, hecho que se repitió en 2018 en Sonora.
“Alejándonos del falso dilema sobre si esta práctica está bien o mal, debemos comprender a qué responden: los efectos de la violencia en la niñez están presentes todo el tiempo, la están viviendo. De enero a junio de este año, 413 niños, niñas y adolescentes murieron por arma de fuego, un 6 por ciento más que en 2021”, aseguró Tania Ramírez, directora de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim).
Si las gotas de lluvia, pum pum, fueran de caramelo, pum, pum, me encantaría estar ahí, cantaba en 2010 la profesora de preescolar Martha Rivera mientras se escuchaban detonaciones a fuera de una escuela al sur de Monterrey, Nuevo León.
En ese entonces, cuando había una ola de violencia en el norte por la guerra iniciada por el Presidente Felipe Calderón (2006-2012), era la cuarta vez que debía fingir un simulacro para no asustar a sus alumnos de cuatro años. Al año siguiente, el Banco Interamericano de Desarrollo le dio el premio de la Mejor Educadora.
Doce años después, conatos de violencia del narcotráfico volvieron en El Bajío, Ciudad Juárez, Mexicali, Tijuana y Colima con más de 40 detenidos a unos días de que más de 20 millones de niños reinicien clases del nivel básico tras las vacaciones de verano.
Son 300 soldados y 50 guardias nacionales los que reforzaron Baja California tras los incendios, informó la autoridad. Foto: Omar Martínez, Cuartoscuro
El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha propuesto integrar la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), cuyos elementos son desplegados a nivel municipal y estatal con la finalidad de debilitar a los cárteles de la droga.
“En los últimos días en Fresnillo bajó más del 40 por ciento el índice delictivo. Han habido rondines y presencia de la Guardia nacional, el Ejército y elementos estatales, lo que ha ayudado en el caso de Fresnillo”, dijo su Alcalde, Saúl Monreal, hermano del Senador morenista Ricardo Monreal.
En este contexto violento, y con juguetes o videojuegos bélicos normalizados, Tania Ramírez, directora de la Redim, afirmó que a este tipo de simulacros se les debe añadir un protocolo y seguimiento para que la niñez tenga herramientas de abordaje para vivir en ese entorno desafiante.
“Las niñas y niños necesitan saber en qué mundo están creciendo y si fuera sólo cantarles la canción de ‘Un elefante se columpiaba’, sería una cruda educación sino les ayuda a tener herramientas para resolver problemas y convivir con entornos difíciles. La metodología podría mejorar, se debe hablar antes de violencia con los niños y escucharlos”, planteó.
La Redim acaba de publicar una investigación sobre el reclutamiento del crimen organizado de menores de edad, en la cual advierte que a la fecha se desconocen cifras oficiales sobre el número de personas entre cero y 17 años que han sido reclutadas por la delincuencia organizada, pero se tienen registros de niños desde siete años cooptados que consumen drogas.
En enero de 2018, una maestra de una escuela de Ciudad Obregón, Sonora, al igual que la de Monterrey, también tuvo que inventar un simulacro al escucharse una balacera afuera, en la cual dos personas murieron.
–Sí mi amor, es simulacro –mintió a su pequeño alumno mientras pedía que se mantuvieran abajo como ‘las viboritas’– Pero en los simulacros tenemos que cantar, así, pecho tierra. Son ensayos que tenemos que hacer. No mi amor, no pasa nada.
A finales de ese mismo año, adolescentes del quinto semestre del Cecyt Puebla realizaron un simulacro de balaceras con apoyo del personal docente, al igual que alumnos de una escuela en Jiutepec y en Cuautla, Morelos, una entidad al centro del país gobernada por el exfutbolista Cuahtémoc Blanco, que ha reportado un incremento de incidencia delictiva en los últimos años.
La pregunta es, insistió la directora del Redim, “¿es un ejercicio donde nada más tiraron balazos, se les enseñó el pecho tierra y después se devolvieron a la tabla del 8? No, tiene que haber un acompañamiento para que no sólo les quede instalado el miedo”.
SinEmbargo pidió un comentario a la Secretaría de Educación Pública (SEP), cuya dirección actualmente está en transición, pero el área de comunicación respondió que la educación está descentralizada y debe abordarse con cada autoridad educativa local.