La ciudad de Oaxaca de Juárez brilla con sus altares, tapetes de arena y adornos alusivos a Todos Santos y Día de Muertos, una de las tradiciones más celebradas en México.
El Barrio de Jalatlaco, Xochimilco y Andador Turístico son las zonas más concurridas por los visitantes, sobre todo extranjeros quienes aprecian los detalles tradicionales colocados en los alteres o fachadas de las casas.
La flor de cempasúchil, cresta de gallo, papel picado, velas y calaveras de azúcar destacan en los alteres y tapetes; a ello se suman las frutas: níspero, cacahuates, nueces, mandarinas, manzanas que hacen una combinación con el tradicional pan de muerto.
El olor a copal en las ofrendas le dan el toque a las tradiciones arraigadas en miles de familias oaxaqueñas, es la fecha donde se recuerdan a los seres queridos que “se adelantaron el camino”, dice el maestro Oseas Serero Javier.
El profesor jubilado de 90 años describe esta fecha como única que empieza desde el 31 de octubre y culmina el 2 de noviembre, “llegan primero los niños y el 2 los adultos, también marca que los que fallecieron en fechas recientes no regresan”, dijo.
Agregó que Oaxaca destaca por conservar sus costumbres y que están aún más acentuadas en las diversas localidades, por lo que más allá de una fiesta de disfraces estas fechas son de culto y de respeto.
Por ello, los altares llevan las fotografías más preciadas de los seres queridos de las familias, a manera de homenaje se adornan también las tumbas de los camposantos de Xoxocotlán, Atzompa y Panteón General.