En respuesta a los mensajes emitidos por el Episcopado Mexicano contra la creciente inseguridad, pero sobre todo en defensa del Instituto Nacional Electoral (INE), el sacerdote Alejandro Solalinde cuestionó a la “alta” jerarquía católica por seguir en México, un modelo de la iglesia “clientelar, culturalista, sacramentalista, que manipula las conciencias, pero que no las forma, mucho menos las convence”.
En un inusual video mensaje, el sacerdote acusó al alto clero de emitir hace unos días un comunicado en el que expresa “gran preocupación por el desastroso país de la 4T, todo anda mal pero las sagradas jerarquías nunca alentaron marchas para protestar contra los gobiernos corruptos del PRI y del PAN, porque de ellos recibieron dinero privilegios e impunidad, porque gracias a Dios ellos si eran católicos declarados”.
Dijo que: “nunca podremos olvidar el deplorable espectáculo de la visita de su santidad, el papa Francisco a México, cuando dos autoridades corruptas presidieron el país en lo civil y eclesiástico Enrique Peña Nieto y Norberto Rivera Carrera, formando todos la crema y nata de la oligarquía”.
En tono sarcástico recordó ese tiempo: “todos tan católicos, tan amigos de la jerarquía católica, ni en aquellos años de la peor corrupción, el episcopado mexicano alentó e hizo protestas, lo más triste es la incongruencia de la postura política oficial, de jerarcas católicos, quienes sólo ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el suyo”.
Salido del letargo, expuso que la jerarquía católica mexicana se basa en un modelo que no aparece en los evangelios “no vemos en Mateo, Marcos, Lucas o Juan, donde Jesús se la pase celebrando misas, el culto, esperando a los clientes, menos a Jesús cobrando por sus servicios”.
El Jesús de los evangelios -consideró- nos habla de un misionero cercano a la gente, itinerante, que ama y se dirige de manera preferencial a los más pobres, por los que más sufren, por los olvidados, una imagen de misionero sensible, territorial que enseñaba largamente no como ahora donde mucha gente anda como oveja sin pastor”.
En clara defensa de la llamada 4T, sostuvo que en las elecciones de 2018 “el episcopado apostó por el PRI y el PAN, por las elites oligárquicas conservadoras y hoy sigue comprometido con ellos, en lugar de adoptar al Jesús de los evangelios. Sí ese Jesús viniera reclamaría a la jerarquía de la iglesia por las omisiones e infidelidades, por no haber hecho de católicos gente de biblia, lectores de evangelios”.
Luego de varios meses de ausencia, el sacerdote católico quien se había destacado por defender a la población de migrantes que pasaba de Oaxaca hacia el interior del país, señaló que “es un gran momento para que la jerarquía católica recapacite y se sume a la iglesia de abajo, dejando la decadencia neoliberal capitalista, heredada por los regímenes prianistas”.
Afirmó que el episcopado mexicano que agrupa a los obispos y arzobispos de todo el país “debe declarar a México como un desastre pastoral, donde los obispos optaron por los ricos y poderosos. Hoy necesitamos que los obispos estén de lado de los pobres, asumiendo sus causas e intereses”.
No obstante, al final del mensaje al que dio lectura, enfatizó la necesidad de “buscar juntos el reino de Dios y su justicia, busquemos dialogo con todos, con el ánimo de escucharnos para hacer de México un ente para todos y todas”.
Cabe destacar que Solalinde, quien se distinguía por la defensa de los migrantes en el Istmo de Tehuantepec, antes de que arribara al poder la llamada 4T, omitió cualquier comentario ante la reciente crisis de migrantes venezolanos que se encuentran muy cerca de la Casa del Migrante en Ixtepec, no obstante de forma repentina la marcha en defensa del INE, lo reactivó en sus pronunciamientos políticos, aunque no así en materia de los derechos humanos.