Hay plantas nativas de origen prehispánico, usadas para elaborar documentos resguardados en Archivo General
Se han rescatado más de 3 mil plantas que por el avance de caminos serían destruidas
Como un homenaje a la biodiversidad endémica de la entidad y en armonía entre la naturaleza y la arquitectura, en breve será inaugurado un jardín que une las plantas nativas de Oaxaca y la historia que resguarda el Archivo General del Estado, en lo que se conoce como Parque de las Canteras o las Canteras de Ixcotel.
El director y fundador del Jardín Etnobotánico de Oaxaca, Alejandro de Ávila Blomberg, quien está a cargo de este proyecto, explicó que el objetivo es crear un jardín de 8 mil metros cuadrados, acorde con la vocación del lugar, donde se resguarda la memoria histórica de las y los oaxaqueños.
“Recordemos que estamos en la matriz pétrea que construyó la ciudad, de aquí salió la cantera verde que edificó Oaxaca y que le da personalidad entre todas las ciudades mexicanas del periodo virreinal por algo nombramos al Oaxaca histórico por su cantera verde”.
El también curador e investigador dijo que en un trabajo conjunto entre la fundación Harp Helú y el Gobierno del Estado, se sustituyeron las especies exóticas con plantas nativas de Oaxaca, de manera que los eucaliptos y jacarandas fueron trasplantados en colaboración con el municipio de Santa Lucía del Camino que cuenta con un programa de re-vegetacion.
Con más de ochenta trabajos publicados acerca del conocimiento tradicional de plantas y hongos así como la conservación comunitaria de la naturaleza, Ávila Blomberg expuso que este proyecto busca hacer un puente entre las plantas y la historia profunda de la entidad, los documentos antiguos que registran la experiencia humana desde el periodo prehispánico, donde tenemos una muestra de escritura del Oaxaca antiguo.
Comentó que la muestra más antigua de la entidad, es la menos conocida de todos los sistemas de escritura de Mesoamérica, “en este Archivo General existen piezas desde el periodo más temprano hasta las cartas del benemérito de las Américas, y es así como tendemos puentes entre el paisaje, la historia, la geología, la cantera y las plantas porque de ellas se obtuvieron las fibras y tintas con las que se elaboraron estos mismos documentos históricos”.
En ese marco, señaló que en este jardín se encuentran representadas especies, que desde antes de la llegada europea de 1521 ya se utilizaban para la fabricación de papel y de la misma forma en la época virreinal en el siglo XIX con celulosa vegetal que forman parte de la memoria histórica ligada a las plantas.
El también asesor del Museo Textil de Oaxaca, mencionó que a la entrada del archivo “tenemos dos plantas: la palma de dolores que se usa en la conmemoración del viernes santo, en la Semana Santa con la cual se acostumbre prepara un altar en casa, esa particularmente está asociada con un grupo conocido como cicadas, que tienen 300 millones de años de evolución, nos hablan de la historia profunda del territorio oaxaqueño y de la mayor biodiversidad mundial”.
El activista ambiental y cultural, de Ávila Blomberg precisó que sólo tres países destacan por su riqueza de plantas cicadas: Australia, Sudáfrica y México, “de esas naciones, no hay ningún territorio del tamaño de Oaxaca que tenga 3 géneros y mas de 20 especies de cicadas, de manera que es ahí cuando se habla de la importancia biológica de su historia natural y cultural y es parte del proyecto relacionando diversidad natural con diversidad cultural”.
Explicó que la fundación Harp financió el trabajo de rescate de las plantas que con motivo de la construcción de proyectos de infraestructura, brechas y caminos y donde se instalaron lineas de alta tensión de la CFE, serían destruidas, como las conocidas “patas de elefante” y otras que requieren siglos de crecimiento para alcanzar tallas actuales.
Expresó que este trabajo de rescate lleva varios años atrás, como fue el cableado de San Pedro Totolapan, “hablamos con autoridades municipales, ellos nos dieron autorización, hicimos gestiones con CFE y la empresa que participó, para recuperar esas plantas que serían arrancadas, destruidas”.
No fue solo ahí, abundó, tenemos plantas de Santiago Lachigiri y comunidades más cercanas a Tehuantepec donde las plantas estaban condenadas a ser destruidas
De esta forma, agregó, se han rescatado más de 3 mil piezas, como magueyes, copales, patas de elefante o barcenas, de diferentes tallas y formas, cicadas, palmas de lugares secos, plantas de la noche buena cordobán, derivadas de la piña conocidas como huapilla, entre otras.
Puntualizó que además del rescate de plantas, han sumado a este jardín especies traídas del jardín etnobotánico, que se han reproducido de semilla y otras en esquejes o propágulos.
Con una inversión promedio del orden de un millón 500 mil pesos para todo el jardín, se han plantado también áreas mas pequeñas, cercanas a un puente, en la fachada poniente, donde hay un corredor plantado con otra selección de especies de arbusto conocido como consuela.
En un muro afuera del auditorio, sobre el concreto, se plantaron dos amates amarillos, que crecen sobre rocas acantilados, sus raíces van formando una red, espectacular, parece que flotan formando una capa sobre la tierra, y que hasta ahora ya alcanzó los 4 metros.
En ese sentido, reveló que expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), hicieron un análisis de varios de los documentos históricos a nivel nacional, donde destacó la tira de la peregrinación que es un registro del viaje que hicieron las personas fundadoras de la capital México-Tenochtitlan.
“Es quizás el documento que prefigura nuestra nacionalidad, como México, y está elaborado precisamente con la corteza de ese árbol, es histórico, es motivo de orgullo, de satisfacción y reconocimiento de nuestras plantas”.
Lamentó en términos generales no valoramos lo que tenemos, “solo lo que viene de fuera, creemos que es mejor lo que se fabrica en Norteamérica, en Europa, las innovaciones culturales de fuera, hasta las plantas, vemos como se elige al ficus de fuera, están plantados por toda la ciudad eucaliptos jacarandas, como plantas ideales, propicias para jardines públicos privados”.
Sin embargo, aclaró, la belleza de las plantas nativas radica en que están mejor adaptadas para sobrevivir en estos climas, sin necesidad de tanta agua y que además tiene una historia de convivencia con nuestros antepasados.
Añadió que las plantas oaxaqueñas tienen facultades curativas, anticipadas a los problemas sanitarios actuales.
“Por ejemplo frente al covid cuando los pacientes están graves el tratamiento es mediante la cortisona que ahora es sintética pero históricamente se extraía de un compuesto químico de la planta llamada barbasco se cosechaba en el norte de Oaxaca de las milpas abandonadas de comunidades chinantecas y mazatecas, aparecían donde se había dejado la tierra después de ser cosechada la milpa, en laderas con vegetación tropical húmeda en la Cuenca del Palaopan”.
Doctorado en antropología y maestro en sicobiología, Alejandro de Avila, relató que a partir de 1950, en colaboración entre investigadores mexicanos y europeos -muchos refugiados en el periodo de la Segunda Guerra Mundial- realizaron investigaciones donde descubrieron que esta planta abundante en el norte de Oaxaca es fuente de diosgenina convertida cortisona y progesterona que años más tarde fue la materia prima para elaborar también la píldora anticonceptiva.
Al respecto, cuestionó que los campesinos pobres, los pueblos indígenas de la Cuenca, subsidiaron -sin recibir prácticamente nada a cambio- a la industria farmacéutica mundial y solucionaron 2 problemas actuales, facilitaron el control de natalidad con la píldora anticonceptiva y el combate al covid así como otros problemas de salud.
Por ello, consideró que se debe valorar lo que aportan las plantas nativas como soluciones a futuro y el jardín es un homenaje a esta biodiversidad.