El gobierno de Irán ha sentenciado a Amir Nasr-Azadani a pena de muerte por hacer campaña a favor de los derechos de las mujeres. Los cargos en su contra son por un delito llamado “moharebeh”, que significa “enemistado con Dios” y, según las leyes de Irán, el castigo por este delito es la muerte en la horca.
Esta no es la primera vez que un deportista de Irán es ejecutado en la ciudad santa de Mashad; el luchador Majid Reza Rahnavar sufrió el mismo destino.
Las autoridades iraníes han estado constantemente amenazando a la familia del futbolista para que no revele su sentencia de ejecución, pero la noticia ha logrado traspasar las fronteras de Irán.
Las organizaciones de derechos humanos y muchos ciudadanos en Irán y en el extranjero se han manifestado en contra de la sentencia de muerte de Amir Nasr-Azadani. Se considera que esta es una violación flagrante de los derechos humanos y que el gobierno de Irán está tratando de intimidar a quienes se atrevan a defender los derechos de las mujeres en el país.
Se están llevando a cabo campañas internacionales para presionar al gobierno iraní a que revea su decisión y a que libere a Amir Nasr-Azadani.