Elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dirigen nueve de cada 10 coordinaciones estatales y la comandancia de la Guardia Nacional, puestos clave en la estructura organizacional de la principal institución encargada de la seguridad pública en el país.
Así lo refieren datos del Censo Nacional de Seguridad Pública Federal 2022, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el que se señala que, al cierre de 2021, de las 33 personas titulares de la comandancia y de las coordinaciones estatales, el 87.9% eran provenientes del Ejército.
Sobre el 12.1% restante, el Inegi indicó que estos puestos son ocupados por elementos de la Marina, por lo que la totalidad de estos cargos se encuentra en manos de militares.
Esto ocurre a pesar de que la Constitución y la propia Ley de la Guardia Nacional establecen que esta es una institución “de carácter civil, disciplinada y profesional”.
De acuerdo con la ley, al comandante de la Guardia Nacional le corresponde ejercer el mando operativo de toda la institución, administrar los recursos que se aporten para su operación y funcionamiento, así como proponer los nombramientos y las remociones de los titulares de las coordinaciones territoriales y estatales y de las unidades especiales, entre otras funciones.
El origen de los mandos de la Guardia Nacional es otro rasgo de lo que organismos internacionales, activistas, organizaciones y académicos ven como la militarización de la seguridad pública en México, que comenzó desde 2006.
A esto se suma que, tan solo en septiembre pasado, el Inegi reportó que una de cada cuatro instituciones de seguridad pública estatal tenía un mando militar.