*Participantes aseguran que solo quienes no hayan sufrido injusticias pueden oponerse a sus manifestaciones
M. Hurtado
Sin respuesta a las demandas de justicia, seguridad, y sin una agenda con perspectiva de género que atienda a la población femenina, concluyeron las movilizaciones por el Día Internacional de las Mujeres.
Ausentes las y los legisladores y funcionarios gubernamentales, particularmente la Secretaria de la Mujer, Elisa Zepeda, los contingentes de mujeres hicieron diversas acciones para hacerse escuchar.
No obstante, ni la infancia que salió a marchar por una vida libre de violencia, ni quienes llegaron a sembrar plantas, pudieron hacer que se abrieran las puertas de Palacio de Gobierno para escucharlas, por el contrario el contingente vespertino terminó por tirar las vallas y se fue sin resultados.
Madres de familia que acompañaron a los contingentes de las marchistas y quienes pidieron su anonimato, expusieron casos de hijas desaparecidas, de feminicidas libres y padres deudores alimentarios que “se han escudado” en puestos dentro del gobierno estatal, o “influencias” desde el poder para evitar la justicia.
“La verdad es que se escandalizan de los vidrios rotos, a bancos y comercios que están cubiertos por seguros millonarios, pero no se escandalizan porque nos están matando a las mujeres, así que como decimos en la marcha: si no les gusta, que se jodan, que se jodan y somos malas, pero podemos ser peores.”
Otras participantes, señalaron que mientras los normalistas, los transportistas de sindicatos conocidos, bloquean por semanas las calles, roban camiones de refrescos y retienen autobuses, “se asustan de la marcha de mujeres, las cuestionan, las juzgan y se escandalizan, con un criterio machista deciden quiénes son malos y a los otros hasta mesas de diálogo les ponen”.
Durante la marcha, mujeres encapuchadas rompieron ventanas y vallas de madera en comercios y sucursales bancarias, tapadas horas antes, en tanto que en el Palacio de Gobierno, fueron derribadas las vallas metálicas que fueron puestas para impedir el acceso durante las movilizaciones.
Con cánticos, porras y gritos de “ya basta”, las mujeres en su mayoría vestidas de colores morado y negro, denunciaron el aumento de feminicidios, de desaparecidas y de agresiones a las niñas y a los niños.
“El feminismo es odiado porque las mujeres son odiadas. El antifeminismo es una expresión directa de misoginia; es la defensa política para el odio hacia la mujer.” Andrea Dworkin.