La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) detalló en uno de sus estudios de calidad los efectos adversos sobre la salud que podría tener el consumo excesivo de Gansitos.
Desde su lanzamiento en 1957 como producto estrella de Marinela, el Gansito se ha consolidado como uno de los postres empaquetados favoritos de México y ha mantenido su presencia en el mercado hasta el día de hoy.
Si bien es cierto que en la publicidad se menciona que es un pastel de chocolate con crema, mermelada de fresa, cubierto con chocolate y chispas, lo cierto es que tiene otros ingredientes como azúcares añadidos y conservadores que podrían tener efectos negativos sobre la salud de sus consumidores.
¿Por qué es dañino para la salud el consumo de Gansitos?
De acuerdo con el estudio difundido por la PROFECO, donde se analizaron un total de 25 pastelitos empaquetados más, los gansitos contienen jarabe de maíz de alta fructuosa, concentrado de jugo de manzana, azúcar invertido, glucosa y maltosa, esto solo como azúcares añadidos.
Además de que se presentan en mayores cantidades, en relación con algún otro ingrediente de la fórmula, lo que lo vuelve un producto con el que fácilmente se pueden exceder las cantidades de consumo de azúcar recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La OMS establece en sus recomendaciones que una persona debería consumir diariamente un total de 25 gramos de azúcar, los gansitos contienen 22.5 gramos, por lo que considerado el consumo que se tendrá a lo largo del día con otros alimentos, este límite será excedido.
Aunado a esto, los gansitos aportan muy pocos nutrientes, puesto que solo contienen 1.7 gramos de proteína, 8.7 gramos de grasas y un total de 203 kilocalorías.
Otro dato de importancia que nos ofrece la PROFECO es que el jarabe de maíz de alta fructuosa inhibe la hormona encargada de la saciedad, provoca resistencia a la insulina y estimula el hambre, que deriva en el consumo de una mayor cantidad de calorías de las que el cuerpo requiere y por tanto en el aumento de peso.
Asimismo, nos indica que los edulcorantes solo aportan un sabor dulce a los alimentos, pero no la energía que la sacarosa aporta al cuerpo.
Fuente: Regeneración