Oaxaca se mantiene como el segundo estado más peligroso para ejercer la labor periodística, con un total de 15 comunicadores asesinados entre 2000 y 2022, de acuerdo con datos de la organización internacional Artículo 19, en el marco del Día Internacional de la Libertad de Expresión.
El último periodista oaxaqueño asesinado fue Heber López Cruz, director del portal Noticias WEB, en febrero de 2022, en Salina Cruz; sin embargo, durante este 2023, han sido documentados en la entidad al menos cuatro agresiones más contra trabajadores de medios de comunicación.
Artículo 19 subrayó que Veracruz es el estado donde más periodistas han sido ultimados, con total de 31 durante los últimos 23 años, seguido de Oaxaca y Guerrero, con 15; Chihuahua, con 13, y Michoacán, Sinaloa y Sonora, con seis casos más.
“De 2000 a la fecha, Artículo 19 ha documentado 157 asesinatos de periodistas en México, en posible relación con su labor. Del total, 145 son hombres y 12 son mujeres”, precisó el organismo.
Otros estados que aparecen con los mayores índices de ultimaciones son Coahuila, con cinco; Baja California Norte, Tabasco, Estado de México y Quintana Roo con cuatro, y Durango, con tres.
288 expedientes y ninguna recomendación
En más sobre Oaxaca, entre enero de 2015 y diciembre de 2021, la Defensoría de los Derechos Humanos (DDHPO) abrió 288 expedientes por agresiones contra reporteros, suscitadas en las ocho regiones de la entidad sin que hasta el momento haya sido emitida alguna recomendación al respecto.
La última agresión reportada este año contra un comunicador oaxaqueño, ocurrió el pasado seis de abril cuando Alain Albarrán Granados, reportero con 16 años de experiencia, fue atacado a golpes por sujetos desconocidos en el municipio de Tlaxiaco, en la región de la Mixteca.
Albarrán Granados, reportero de la Poderosa 100.5 F.M. y corresponsal del diario el imparcial de Oaxaca, atribuyó el ataque a las constantes coberturas y denuncias que ha hecho sobre la proliferación de actos de violencia en contra de las mujeres en aquella demarcación, a pesar de la existencia de una alerta de género.
Unas semanas antes, el pasado 14 de febrero, Saúl Salazar, Leslie Aguilar y un tercer periodista fueron amenazados tras cubrir una nota informativa relacionada con supuestas organizaciones sociales que vandalizaron los juzgados del poder judicial y un comercio de venta de celulares, en el municipio de Huajuapan de León, también en la región de la Mixteca, según informó Aristegui Noticias.
En enero pasado, el reportero Javier Santiago sufrió una agresión física y la destrucción de su equipo de trabajo por pobladoras de San Juan Guelavia, Tlacolula.
Los pobladores arremetieron contra el comunicador cuando éste documentaba el presunto linchamiento de una mujer.
México, una trampa para periodistas
Mientras tanto, Reporteros sin Fronteras lamentó que, año tras año, México se mantiene como uno de los países más peligrosos y mortíferos del mundo para los periodistas.
“El presidente Andrés Manuel López Obrador, en el poder desde 2018, no ha emprendido las reformas y acciones necesarias para frenar la espiral de violencia contra la prensa”.
La agrupación indicó que el presidente López Obrador y otras figuras destacadas del Estado “han adoptado una retórica tan violenta como estigmatizante contra los periodistas, a los que acusan regularmente de apoyar a la oposición”.
Agregó que cada miércoles, el gobierno organiza una sesión de “¿Quién es quién en las mentiras de la semana?”, un espacio más en el que se intenta desacreditar a la prensa.
“En sus más de cuatro años de mandato, el presidente ha criticado a los periodistas por su falta de profesionalidad y ha calificado a la prensa mexicana de parcial, injusta, y de desecho del periodismo.
Seguridad
Asimismo, la organización Reporteros sin Fronteras indicó que la connivencia entre las autoridades y el crimen organizado constituye una grave amenaza contra los periodistas y se hace sentir en cada eslabón del sistema judicial.
“Los profesionales que cubren temas sensibles relativos a la política o al crimen, especialmente a nivel local, padecen advertencias y amenazas, cuando no son simple y llanamente asesinados.
“Otros son secuestrados y no aparecen nunca más, u optan, para salvar la vida, por desplazarse fuera de sus zonas de origen o bien por huir al extranjero. El presidente López Obrador no ha emprendido aún ninguna de las reformas necesarias para poner freno a la violencia y la impunidad que se han instalado en el país. Desde el año 2000, cerca de 150 periodistas han sido asesinados y 28 han desaparecido en México”.