* El Gobierno federal sí incurrió en faltas de ética al utilizar sus páginas para incluir propaganda política y elaborar el contenido a través de personas ignorantes del tema, que incurrieron en múltiples imprecisiones
* Los 80 mil maestros afiliados a la Sección 22 no utilizarán los libros de texto gratuito, pero tampoco se opondrán a su distribución en las ocho regiones de Oaxaca
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) son las únicas organizaciones con el poder de frenar la implementación de los nuevos libros de texto gratuito que actualmente promueve el gobierno federal, por lo que es urgente que ambas organizaciones fijen una postura clara y contundente acerca de la utilización de ese material a partir del próximo ciclo escolar, afirmó el sociólogo oaxaqueño Samael Hernández Ruiz.
Para el especialista en temas educativos, el gobierno federal, en el orden constitucional, no ha violentado ninguna norma al momento de pretender implementar ese material didáctico; sin embargo, sí incurrió en faltas de ética al utilizar sus páginas para incluir propaganda política y al elaborar el contenido a través de personas ignorantes del tema, que incurrieron en múltiples imprecisiones, desde hacer mal uso del lenguaje hasta consignar datos incorrectos en diversas partes de los libros.
En entrevista con Primera Línea MX, Hernández Ruiz sostuvo que al ser los directamente afectados con la utilización de las publicaciones, los docentes deben fijar una postura crítica ante la posibilidad de ser utilizados como voceros del gobierno.
“Aquí no habría que olvidar que del otro lado también se hace política. En mi opinión, todas esas cuestiones (de hechos) recientes que aparecen dentro de los libros de texto, son parte también del aprovechamiento del campo de acción de la educación pública con terreno de política.
“Que, si es adoctrinamiento, no creo que sea adoctrinamiento más bien creo que es propaganda y eso le pega a los adversarios políticos”, refirió el oriundo de Juchitán de Zaragoza.
“Desde el punto de vista profesional de la ética ¿es correcto (ocupar los libros de texto para abordar temas recientes de la historia como el fraude electoral de 2006)? No, no es correcto. No deberían politizar el proceso en donde interviene el docente, pero así está”, subrayó el Premio Nacional de Educación en 1984.
Los educadores, añadió, deben pronunciarse ante el actual gobierno y definir cuál será su rol durante el ciclo que está por comenzar: “Eso tendrá que ser parte de la expresión de los docentes: ‘Oigan, yo soy profesor, yo tengo una ética profesional, como la tiene cualquier otro profesionista, (y) no me voy a prestar a que mi aula se convierta en un púlpito, en el caso de la Iglesia, o me hagan vocero del gobierno en turno porque yo no trabajo para el gobierno, yo trabajo para el Estado mexicano, que no nada más es el gobierno.
En ese sentido, el investigador agregó que el sindicato disidente debe hacer un planteamiento más sólido contra la pretensión de la autoridad y no limitarse a señalar que no hará uso de esos libros, como lo hizo el miércoles pasado:
“No sé qué están criticando: a lo mejor están criticando en el sentido que ‘oye, esto no va. No voy a hacer vocero del gobierno; yo voy a enseñar Ciencia y voy a enseñar Ética y voy a enseñar Civismo, pero para la formación de valores no para propaganda’”.
Para el sociólogo, el Poder Judicial de la Federación, ya sea algún tribunal colegiado o incluso la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) difícilmente van a frenar la distribución de aquellos libros de texto, aunque ya han admitido recursos de amparo tanto de la Asociación Nacional de Padres de Familia como del gobierno de Chihuahua.
“La Sección 22 no puede, no debería, (decir) a nosotros nos vale porque está peor: están diciéndole al Gobierno Federal que les vale sombrilla la política educativa federal; eso no puede ser, podrás estar en desacuerdo, pero tienes que aplicarlo y todavía salen con que nosotros tenemos nuestro propio libro.
“Está peor porque si ni siquiera lo conocemos. Los sindicatos, como un cuerpo, ya no solo gremial, sino que aglutina a los profesionales de la educación, deberían decirle al gobierno ‘necesitamos revisar esto porque pueden afectar a los niños’; ellos mismos lo podrían decir y con mucho mayor peso porque ellos están ahí, pero pues no lo dicen”.
DEBATE MAL ENFOCADO
Sin embargo, a pesar de lo mediático que se ha tornado el caso, Hernández Ruiz, ex asesor del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO), afirmó que la polémica actual que se registra por la publicación y uso de los nuevos libros de texto no debe ser tomada como la parte medular del problema que podría afrontar el sistema educativo de México.
De hecho, indicó que con todo y las fallas en su redacción y con los enfoques políticos maquinados por sus autores, la publicación de los libros únicamente dejó en evidencia una nueva interrogante: ¿Qué pasará con el plan de estudio?
El especialista indicó que al examinar el libro de sexto grado de primaria se percató que el programa académico sufrió variaciones y que, por ejemplo, el libro ya no aparece dividido en las asignaturas tradicionales, como Matemáticas y español, sino bajo otros criterios.
Además, abundó, es notorio que los libros cambiaron el enfoque del trabajo tradicional a uno que se basa en proyectos, a través de los cuales maestros y alumnos deben generar mecanismos de interacción para provocar el aprendizaje.
Samael Hernández se dijo enterado de que el gobierno federal pretendía echar a andar un nuevo modelo educativo denominado-Nueva Escuela Mexicana; sin embargo, resaltó que las autoridades no han clarificado cómo se van a evaluar las materias, cuáles son las asignaturas que aparecerán en las boletas de calificaciones y cuál será el método de certificación de la educación básica.
En ese sentido, refirió que las autoridades educativas deben explicar cómo aparecerán las boletas a partir de este ciclo escolar; es decir, cuántas asignaturas serán y cuáles serán los nombres de éstas, pues en los libros de texto gratuito aparecen con distintas denominaciones.
Hernández afirmó que no se trata de una observación ligera, pues los primeros que pueden llegar a tener problemas con su certificación serán los alumnos de sexto año de primaria, pero, principalmente, los de tercero de secundaria, pues sus estudios podrían no ser válidos al intentar ingresar a la preparatoria.
La malla curricular de educación básica está sincronizada con la educación media superior, por lo que si a partir de 2023 habrá cambio en las materias éstos deben ser notificados a los padres de familia y a las autoridades de los niveles restantes.
“El problema no son sólo los libros; los libros son herramientas. El problema está en el diseño del plan de estudios, el diseño curricular; ahí hay que discutir; hay que ver cómo se está trabajando la parte de la evaluación.
“Hasta ahorita, solamente han mostrado los libros de texto y sobre eso se van. Hay que pensar en la certificación, cómo van a estar las boletas.
“Todo mundo se pone a decir: ‘son unos comunistas’; bueno, no importa si son comunistas o son capitalistas ¿cómo va a estar la calificación? porque ahí es donde yo tengo una primera referencia como padre de familia para ver qué tan bien está mi hijo. Porque no me van a decir que ‘en la crítica colonizadora’ sacó 10… ¿Y eso qué es?.
SECCIÓN 22 NO SE OPONDRÁ A DISTRIBUCIÓN DE LIBROS
Por su parte, la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) reiteró que los 80 mil maestros afiliados a la organización no utilizarán los libros de texto gratuito, pero, aclaró, que tampoco se opondrá a su distribución en las ocho regiones de la entidad.
Al respecto, el vocero de la organización, Luis Alberto López Pazos, apuntó que los libros corresponden a los intereses económicos y políticos de los gobiernos, por lo que la Sección 22 seguirá trabajando con el Plan para la Transformación para la Educación de Oaxaca (PTEO).
“Desde ese enfoque, nosotros no hemos utilizado como primera herramienta o una herramienta fundamental los libros de texto. No sólo en esta administración, sino desde administraciones pasadas.
“Entendemos que, a partir de la política económica, la administración en turno va a tener su política educativa y en ese sentido dista mucho de lo que nosotros como magisterio oaxaqueño buscamos ante una educación crítica y popular”, dijo el dirigente.
López Pazos sostuvo que la gremial llevará a cabo un análisis de los nuevos libros que serán distribuidos en los niveles de educación básica, “pero no con el objetivo de utilizarlos, si no realmente es importante conocerlos y a partir de ello ir fortaleciendo nuestra ruta alternativa”.
Al ser cuestionado sobre si la Sección 22 podría oponerse a la distribución, resaltó que “nosotros tenemos claros cuáles son los derechos de las niñas y de los niños”.
“Entonces, nosotros no nos negamos a la distribución de este material. Entendemos que, en muchas de nuestras comunidades, el factor económico (repercute) para que los niños puedan adquirir algún otro material”.
Sin embargo, justificó que “en muchas aulas los libros se reciben y se quedan ahí porque el maestro crea, construye, a partir de su realidad. El maestro oaxaqueño revisa los libros y nos damos cuenta de que hay conocimientos universales, pero no vienen apegados a nuestra realidad”.