*El IMCO advierte que el nuevo modelo de educación implementado por AMLO carece de fundamentos para afrontar crisis en aulas tras pandemia de covid-19
*“La nueva propuesta curricular ha estado rodeada de incertidumbre, descontento y opacidad”, advierten especialistas
* Durante los últimos 18 años, entre 2005 y 2023, en Oaxaca se perdieron al menos cuatro ciclos escolares por movilizaciones sindicales y por la pandemia de Covid 19
El nuevo plan de estudios de educación básica impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador carece de fundamentos para hacerle frente a la crisis educativa que se registra en el país tras los dos años de la pandemia de Covid 19, además de que atenta contra la formación de talento y de capital humano competitivo, acusó el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
La organización resaltó que la pandemia de SARS CoV 2 dejó fuera del sistema educativo mexicano a 1.5 millones de estudiantes –principalmente de municipios pobres– y ocasionó un rezago educativo equivalente a dos años de escolaridad.
Una serie de condiciones adversas que se resentirán de mayor manera en estados como Oaxaca, donde el rezago educativo prepandemia era ya de dos ciclos escolares sin clases a causa de los movimientos magisteriales registrados entre 2005 y 2019.
“Las dudas continúan respecto a la viabilidad y proceso de implementación, así como su potencial para hacer frente a la pérdida de aprendizajes y el abandono escolar”, resaltó el Instituto.
En un estudio elaborado por sus especialistas, el IMCO acusó que el proceso para la implementación de este nuevo esquema de aprendizaje “fue planeado al vapor” y que, desde su presentación, en agosto de 2022, “la nueva propuesta curricular ha estado rodeada de incertidumbre, descontento y opacidad”.
El análisis indica que entre los cambios más polémicos del nuevo plan de estudios destacan la sustitución de los grados educativos por fases y la modificación de los sistemas de evaluación.
“Si bien la educación a nivel global exige constantes cambios para adaptarse a las nuevas realidades, las modificaciones deben estar orientadas a garantizar el éxito personal y académico de los estudiantes y contar con una ruta de implementación que permita su asimilación adecuada en las aulas”, resalta.
En ese sentido, el IMCO sostuvo que después de una serie de análisis detectó, además, cuatro “cambios profundos” en el nuevo modelo “que podrían profundizar la problemática educativa” en el país.
CRISIS SE AGUDIZARÁ
El primer eje negativo radica en que el plan de estudios se pronuncia en contra del desarrollo de talento con base en las habilidades y necesidades del mercado laboral en la educación básica, “por considerar que está peleado con el desarrollo humano y de la comunidad”.
El nuevo plan declara: “No se busca enseñar conocimientos, valores y actitudes para que las niñas, niños y adolescentes se asimilen y adapten a la sociedad a la que pertenecen, tampoco es función de la escuela formar capital humano desde la educación preescolar, primaria y secundaria hasta la educación superior para responder a los perfiles que establece el mercado laboral”.
Sin embargo, ante ello, la agrupación investigadora afirma que una educación de calidad permite que los estudiantes “adquieran las habilidades necesarias para aspirar a trabajos de calidad y bien remunerados que les den la oportunidad de mejorar su calidad de vida y promover su movilidad social”.
CONTENIDOS MARGINAN CIENCIAS COMO MATEMÁTICAS
Asimismo, agrega, el modelo, conocido como la Nueva Escuela Mexicana, se basa en un enfoque comunitario que irá en detrimento de la enseñanza de conocimientos y habilidades universales, como las Matemáticas, “que son cada vez más importantes en un contexto global”.
Indica que al organizar los aprendizajes en cuatro campos formativos –Lenguajes; Saberes y pensamiento científico; Ética, naturaleza y sociedades; de lo humano y lo comunitario– se propone un currículo en el que las disciplinas se relacionan entre sí y el entorno de los estudiantes, una condición que no es del todo positiva.
“La transversalidad no sustituye la enseñanza de disciplinas vitales para el desarrollo académico de un alumno, como la comprensión lectora y las habilidades matemáticas. Como se muestra en el nuevo plan de estudios, el aprendizaje de estas materias podría limitarse al enfocarlas únicamente a un uso práctico, lo que podría provocar que el alumno pierda el interés por aprender temas más complejos por no encontrarle una utilidad con su entorno”, resalta.
Otro de los problemas más severos detectados por el IMCO es que la continuidad de la formación académica se rompe en comparación con los contenidos de bachillerato; es decir, el contenido del nuevo esquema educativo de nivel básico no evoluciona en dirección al del sistema medio superior, lo que, advierte, desembocará en conflictos.
“El nuevo plan de estudios enfocado a educación básica desintegra la ruta de la educación obligatoria que va desde educación inicial hasta bachillerato. Aunque el nuevo plan de estudios de educación básica y el de educación media superior se oficializaron como una estrategia unificada, hay importantes diferencias en los currículos que hacen que esto no opere en la realidad.
“Que los planes de estudio entre grados carezcan de una secuencia lógica podría entorpecer el avance de educación secundaria a media superior”.
El IMCO alerta que el paso al bachillerato es el nivel con mayor deserción escolar, por lo que representa un foco que necesita atención de las autoridades.
“La falta de articulación entre la educación básica y la media superior podría aumentar el riesgo de deserción escolar y disminuir el talento que accede a educación superior”, añade.
EXCESIVA AUTONOMÍA PARA MAESTROS
Finalmente, como cuarta observación, advierte que una autonomía sin límites para los docentes al momento de crear sus métodos de trabajo, como lo estipula el nuevo marco, implica severos riesgos.
En ese sentido, sostiene que la autonomía curricular está presente desde el modelo educativo de 2017, en el que se garantiza un determinado número de horas semanales para que los maestros incorporen en sus clases temáticas variadas bajo su criterio.
“Con lineamientos y límites, los docentes pueden personalizar y adaptar a los contenidos, métodos de enseñanza, evaluaciones y actividades de aprendizaje según las necesidades, intereses y entorno de los estudiantes”, explica.
Sin embargo, en el nuevo plan de estudios, alerta, no hay un límite para la autonomía curricular, lo que podría tener dos riesgos: aumentar la desigualdad en los aprendizajes que logran los estudiantes y acrecentar las responsabilidades y carga de trabajo del magisterio.
“En primer lugar, la diversidad de criterios que implementen los docentes de educación básica dificulta la uniformidad de conocimientos que los estudiantes de nivel básico deben adquirir y dificulta la transición entre niveles educativos. Este efecto podría acentuar las desigualdades educativas entre regiones del país.
“En segundo lugar, al depositar la responsabilidad de contextualizar el contenido a la realidad social de cada entorno en las manos de los docentes, cada uno tendría que realizar una planeación pedagógica para cada grupo de alumnos que atienda para cubrir todas las áreas curriculares previstas. Esta responsabilidad de los docentes debería estar acompañada de capacitación y apoyo necesario para llevarla a cabo”.
De implementarse, como está planteado, el IMCO asegura que el nuevo plan de estudios será un retroceso para la educación y generación de talento en México, lo cual se traduciría en el largo plazo en menor crecimiento económico.
“La actual administración desaprovechó la oportunidad de transformar la educación de la mano con tendencias globales para atender el rezago educativo, la creciente deserción y la emergente necesidad de talento especializado”.
Ante ello, la agrupación pide repensar el nuevo plan de estudios “para poder hacer frente a las problemáticas educativas, generar más talento y apostar por mejores oportunidades para todas y todos los estudiantes de México”, pues reitera que la crisis educativa provocada por la pandemia aún no termina.
CUATRO CICLOS ESCOLARES PERDIDOS EN 18 AÑOS EN OAXACA
En el caso de Oaxaca, los niños llegaron a este nuevo esquema educativo con un desfase de cuatro años de enseñanza en comparación con aquellas entidades donde una mayor cobertura tecnológica y una mayor estabilidad económica, le permitieron a su niñez sortear de manera menos deficiente el sistema de enseñanza a distancia implementado por la pandemia de Covid 19.
Durante los últimos 18 años, entre 2005 y 2023, en Oaxaca se perdieron al menos cuatro ciclos escolares por movilizaciones sindicales y por la pandemia de Covid 19.