En México existen “ampliamente” distribuidas variedades de maíz transgénico, cuya fuente de contaminación está siendo investigada en la actualidad por grupos de científicos y donde las sospechas de diseminación recaen en campos experimentales y la polinización por aire, admitió la bióloga Citlaly Aguirre, durante su participación en el ciclo de conferencias con motivo del Día Nacional del Maíz, organizado por la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad y el Jardín Etnobotánico de Oaxaca a cargo del doctor Alejandro De Ávila.
A pesar de que algunos sectores aún tratan de negar su presencia, diversos estudios no sólo han determinado que sí existen transgenes “sino que están en todos lados”, lo que demuestra “la gravedad de que no hay un control”, reiteró la experta, durante el evento, que contó con el respaldo del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conacyt).
Sin embargo, Aguirre descartó que la presencia de productos transgénicos haya sido “orquestada” por el Estado, sino “lo que pasa es que ha habido poco control porque, como se poliniza por aire, es una manera de demostrar que es mentira que se puede cercar al maíz y que no se pasen (las especies manipuladas)”.
La especialista sostuvo que contener la proliferación de los transgénicos en México es particularmente difícil si se parte desde el hecho de que en Estados Unidos, el país vecino del norte, el 100 por ciento de su producto corresponde a ese tipo.
“Eso nos demuestra la gravedad de que no hay un control, no por culpa de gobierno… ahorita estamos en la investigación de cuáles son las fuentes de contaminación de esos transgénicos: si es por semilla, si es por aire… pueden ser diferentes factores”, refirió, consultada por uno de los asistentes a la conferencia.
“Y sí, muy probablemente cuando hubo alguna siembra en estos campos experimentales para eventualmente hacerlo comercial, muy posiblemente ahí se disperso todavía más.
“El problema es que tenemos de vecino a un país que el 100 por ciento de lo que siembra de maíz es transgénico”, explicó.
Aguirre indicó que mientras un estudio refiere que en México no hay presencia de transgénicos, nueve sostienen haber hallado la presencia de esa variedad.
“Hay resultados que a veces no son consistentes, ¿pero dónde está la tendencia?”, cuestionó.
“Y en este último ejercicio que mostré donde ya estaban ampliamente distribuidos los transgenes ahí es claro que no nadamás existe presencia sino que están en todos lados”, añadió.
Sobre el apoyo o no de la comunidad científica mexicana a la siembra y utilización de los transgénicos resaltó que los expertos tienen la libertad de decidir “qué lado te quieras ir”.
“Yo que soy bióloga (y) estoy muy a favor del principio precautorio y cuando hay muchas dudas y cuando no hay suficiente estudio de algo y cuando existe un riesgo, yo prefiero evitar hasta que haya un mayor conocimiento”, señaló.
Crisis climatica
Sobre el cambio climático, alertó que el mundo está atravesando por una crisis, pero que la solución para afrontarla no está ni en la saturación de información ni en ignorar ésta.
La clave, desde su perspectiva, es que la sociedad esté conciente de la problemática, pero con la iniciativa de querer aportar y ser parte de la solución.
A pesar de que el cambio climático es responsable de múltiples desastres naturales, abundó, un factor positivo para contrarrestarlo es que se trata de un fenómeno interconectado, que al combatir alguna de sus aristas, se contrarrestan el resto.
La experta reiteró que la contaminación atmosférica, la sequía, los incendios, la acumulación de basura, la extinción masiva de especies y la tala de los bosques, son condiciones que están vinculadas, por lo que al combatir una, se combate al resto de manera indirecta.
Por su parte, Juan Manuel Hernández Casillas, especialista en Recursos Genéticos del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), sostuvo que tanto los maíces nativos como los “mejorados” o “híbridos” son de alta importancia en la actualidad.
En ese sentido, expuso que los maíces nativos, característicos de cada región del país, son escenciales, “aunque pocos valorados”, pues en ellos reposan los genes de cada especie, mientras que los productos “híbridos” pueden darle oportunidad a zonas limitadas por el clima o la erosión a recuperar su producción.
“No está peleada una cosa con otra. Yo siento que los maíces nativos tienen un lugar, tienen un por qué, pero desgraciadamente están poco valorados. Las variedades mejoradas híbridos y todo también tienen su lugar.
“Creo que hay que reconocer que si yo le digo a Sinaloa a Sonora y a parte del Bajío que siembren sus variedades nativas, definitivamente no van a tener los mismos rendimientos: por el tipo de suelo, el tipo de clima y los insumos que tienen, pero eso no quiere decir que no volvamos nosotros a las variedades nativas”.
Si bien la ciencia ha podido desarrollar especies de maíz más fuertes o que se adaptan mejor a diversos entornos, sus impulsores aún no han podido crear un gen, que es el eje de la vida.