Los informes de Gobierno son espacios utilizados para presumir obras o acciones y recibir el reconocimiento popular. En Oaxaca, existe un guion acostumbrado: tratar de madrugarle a la sección 22, es decir, hacer la finta de que va a ir el Gobernador a la cámara de diputados a entregar el documento, pero aparecerlo en otro escenario. Todo esto se cubrió el miércoles 15, incluyendo el plan B, pero vino el chamuco y lo descompuso.
Un día de furia se vivió en la capital del estado y en San Raymundo Jalpan cuando miembros del magisterio (particularmente del Istmo de Tehuantepec) salieron a protestar contra lo que consideran incumplimientos del gobierno de Salomón Jara. Reclaman obras de salud, uniformes y útiles escolares, pago de sueldos atrasados en 11 niveles educativos (hablan de 11 mil 500 espacios para completar personal docente), entre otras peticiones que acompañaron desde el lunes con bloqueos carreteros; todo ello culminó en un intento de boicot al Primer Informe.
Como ocurrió en tiempos de Gabino Cué, cuando se intentó llevar a palacio de gobierno al espurio Felipe Calderón, generándose una batalla campal entre profesores y policías, ahora los escenarios fueron el Congreso local y el auditorio Guelaguetza del cerro del fortín en donde, respaldado por contingentes de la 4T, el mandatario celebró llegar, sin mayores contratiempos, a los primeros doce meses de gestión.
Es cierto, durante este lapso, se aminoraron protestas y bloqueos, se despejó el zócalo y se han encarrilado conflictos, ayudados por el hecho de que, muchos de quienes antes encabezaban protestas o inconformidades, hoy despachan en flamantes oficinas.
La confrontación de febrero del año 2011, le costó el cargo a la elbista, Irma Piñeiro. Era dirigente seccional, Azael Santiago Chepi, el mismo que ahora pretende saltar de la diputación federal al Senado de la República, al igual que Susana Harp, quien aspira a la reelección; pero ambos son fustigados por la mayoría oficialista de su mismo partido. La propensión a generarse enemigos gratuitos por la incontinencia verbal tiene sus consecuencias.
Algunos medios publicaron la narrativa sobre la intensidad de la protesta, observando conatos de bronca y a sujetos vestidos de civil que controlaban accesos, al igual que personas “movilizadas” para que luciera repleto el auditorio. Aplausos y porras acallaban las consignas magisteriales y, ya entrada la noche, concluía la jornada, no sin antes cancelar la calenda popular.
Los más afectados, como siempre, fueron las y los ciudadanos que durante 72 horas no pudieron transitar libremente en seis puntos carreteros, además de algunos reporteros maltratados cuando cumplían su labor. Una que otra propaganda incendiada -sillas desordenadas en el zócalo y vallas retiradas- sin que interviniera la fuerza pública.
Si el objetivo era amargarle la jornada al gobierno, el piquete magisterial lo consiguió; pero ni así lograron suspender la entrega del Informe y el mensaje político, aunque se conocieran por la mañana imágenes de funcionarios y legisladores tratando de escapar del edificio legislativo.
Sin embargo, el acto de rendición de cuentas deslució, porque más allá del contenido del documento, la atención pública se centró en adivinar cómo podían arreglarse las diferencias, que no son tantas como para que no se instale una mesa de negociación nacional y otra estatal entre la Secretaría de Educación Pública, el gobierno estatal y la Coordinadora del magisterio. Ante la sombra envenenada de la desconfianza, urge recomponer el diálogo, el trato, porque los gobiernos pasan, pero el magisterio queda.
Desmentido a Marcelo.
Reacciones durísimas recibió el fracasado suspirante presidencial, Marcelo Ebrard, tras el “berrinche” y sus indecisiones políticas: “Las corrientes y las tribus dañaron a la izquierda. Volver a eso mismo, es traicionar al pueblo, y se estará condenado a desaparecer. No se puede fisurar y formar un grupo. Eres bienvenido a casa, pero, así como quieres, así no Marcelo”, le soltó Epigmenio Ibarra. O esta otra: “No puedes entrar dando patadas a la casa de la que te fuiste dando un portazo”.
Después de anunciar que no se iría de morena, y una vez que la Comisión de Honestidad y Justicia aceptara que hubo violaciones estatutarias en el proceso, pero que no se iba a reponer, Marcelo presumió “acuerdos” con Claudia Sheinbaum, y que seguía considerándose al frente de una segunda fuerza, sin descartar construir otra candidatura presidencial para el 2030.
Un día después, Mario Delgado y Sheinbaum aclararon las confusiones del excanciller al señalar que en el movimiento no hay corrientes ni tribus, pues lo prohíben los estatutos, queriendo decir que así se fue aniquilando el PRD. No hay grupos ni segunda fuerza, concluyó Lorenzo Meyer, pues se estaría creando un partido dentro del partido. Así de claro.
@ernestoreyes14