Antes de resultar electo como gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat había estado envuelto en polémicas, en parte por la fortuna que había acumulado su familia – su padre, José Murat Casab, gobernó la entidad como un voraz cacique, caracterizándose por golpear a la disidencia e imponer a Ulises Ruiz como su sucesor- y por operaciones bursátiles sospechosas durante los tres años que dirigió el Infonavit durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El periódico El País difundió (01-07-2016) que The New York Times había cuestionado en 2015 que los Murat tenían repartidas diversas propiedades en México y Estados Unidos: “Alejandro Murat generó muchas interrogantes al publicar su patrimonio, entre ellas, la compra al contado de nueve propiedades, la primera a los 11 años. También aseguró haber ingresado 7,6 millones de pesos (413.000 dólares) en 2015 por sueldos del Infonavit. El monto (era entonces) tres veces superior a lo que (ganaba el presidente Peña)”.
De su paso por la entidad (2016-2022), a Alejandro se le ha cuestionado por haber sido cómplice u omiso en la gran operación de despojo a familias oaxaqueñas en la que estuvieron involucrados notarios públicos y titulares de dependencias relacionadas con el Registro Civil, Catastro, y otras, durante un sexenio caracterizado por dejar muy pocas obras terminadas como la avenida Símbolos Patrios y el Centro Cultural poniente. Varios de esos funcionarios y notarios están sujetos a proceso, algunos en la cárcel o con beneficios domiciliarios, y otros huyendo o apersonándose ante instancias de contraloría o judiciales.
Con estos antecedentes, Mario Delgado y Claudia Sheinbaum lo propusieron como candidato (sin ser integrante del partido morena) al Senado de la República, en la posición número 13 de la lista plurinominal. Le quitó un lugar a morenistas que se la merecían aduciendo, sin declararlo sus “padrinos” políticos, que durante el tiempo en que compartió responsabilidades con el presidente López Obrador se había portado muy bien y colaborado en los trabajos constructivos y de conciliación política para que la súper carretera a la costa fuese una realidad.
Salomón Jara, si bien no ha actuado directa y legalmente contra Murat -ahora compañero a la fuerza de proyecto político- salvo alguna que otra insinuación política, ha mostrado su malestar por interpósitas personas, como lo hacen otros candidatos a puestos de elección popular que aceptan a regañadientes ir juntos, pero no revueltos.
A los cuestionamientos periodísticos por el “Cártel del Despojo” se sumó el que vino a realizar Xóchitl Gálvez el pasado fin de semana, que por cierto exhibió la incapacidad de priistas y panistas para llenar plazas, teniéndose que conformar con eventos en locales cerrados en Santo Domingo Tehuantepec y Salina Cruz. La aspirante acusó a morena de haber fichado al “cachorro” para “embarazar urnas”, deslizando que acá se va a cometer un gran fraude electoral como si no supieran del arraigo del obradorismo en Oaxaca, que ha arrasado en las tres últimas elecciones presidenciales.
Dijo lo siguiente: “Están muy nerviosos, aquí se trajeron a Murat justamente, para eso para regresar al viejo estilo de urna zapato, de aprovechar la pobreza, la dispersión, para que ellos operen votaciones, ahora sí que para embarazar urnas; le apuestan a que no tengamos representantes o a comprar a los nuestros, yo conozco el modus operandi de personajes como Murat”. Amén de difundir mentiras como que ella había resuelto el conflicto (social) en la zona de los Chimalapas y (de infraestructura) en San Francisco del Mar, la campaña de Gálvez pasó casi inadvertida. No así las importantes concentraciones de Claudia Sheinbaum esta misma semana en cuatro puntos: Tlacolula de Matamoros, Miahuatlán de Porfirio Díaz, Puerto Escondido y Huatulco.
Con el fin de lavarse las manos, en plena Semana Santa, Murat le fue a pedir derecho de réplica a Xóchitl para desmentir dichas declaraciones, pero aquella le cerró la puerta, invitándolo a que mejor la demande, cosa que el “cachorro” tendrá que pensar. Seguro Alito Moreno (compadre de Alejandro) ya le contó a Xóchitl cómo se las gastaban padre e hijo para “ganar” comicios o tejer alianzas hasta con los verdes y el mismísimo PT (se la aplicaron al propio Salomón en 2016), como para hablar ahora de un fraude o una elección de Estado para justificar su inminente derrota, anunciada hasta en las encuestas: “No se vale. Los obligaron a votar. Rellenaron urnas”.
@ernestoreyes14