Poco más de medio siglo ha pasado desde aquel 18 de abril de 1968, fecha en la cual se fundaba el entonces llamado Instituto Tecnológico Regional de Oaxaca (ITRO), actualmente Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO). Ofreciendo las carreras de Ingeniería industrial mecánica e ingeniería eléctrica, y en el nivel medio superior la de técnico en electricidad y preparatoria técnica. No obstante, su génesis iniciaba dos años antes, el 8 de agosto de 1967, cuando en manos del Lic. Rodolfo Brena Torres, gobernador constitucional del estado y de el Ing. Víctor Bravo Ahuja, subsecretario de enseñanza técnica superior, se colocaba la primera piedra para la construcción del ITRO No. 16 en la hoy Ex Hacienda de Aguilera.
Este proceso no sería fácil. Desde el año 1963 se formó un patronato, dirigido por el Dr. Rubén Calleja Zorrilla y el profesor José Pineda López, con el objetivo de solicitar la fundación de los tecnológicos en el estado, llamados en ese entonces “Protecnológicos”. Sin embargo, la SEP respondería de forma negativa a dicha solicitud con el argumento del precario desarrollo académico de la entidad y especialmente debido a su lento proceso de industrialización.
En este punto, los esfuerzos de los diversos actores sociales de le época entre los que se encontraban reconocidos luchadores sociales, dueños de diarios locales, políticos, profesores, comerciantes y pequeños empresarios, trabajarían juntamente con el patronato y con las políticas dictadas por la SEP para lograr la consolidación del modelo de los tecnológicos regionales en el estado en 1968.
Posteriormente, cuatro años después de su fundación, el crecimiento del ITRO demandó construcciones más amplias, por tal motivo, el 18 de marzo de 1972 la SEP autorizaba la construcción de nuevas instalaciones en terrenos rescatados al río Atoyac, y que fueron ocupados por la comunidad tecnológica el 7 de septiembre de 1973. Para la certeza y legalidad de este proceso, el 19 de enero 1974 se publicaba en el Periódico Oficial el decreto Núm. 252 en el cual el Ejecutivo del Estado autorizaba la donación y escrituración de los terrenos propiedad, hasta antes de esa fecha, del gobierno del estado a la entonces Dirección General de Institutos Tecnológicos (DGIT).
Desde su fundación, el Instituto Tecnológico de Oaxaca se logró posicionar como una institución líder en educación superior tecnológica en el sureste mexicano, siendo en una opción que le evitaba a egresados de las escuelas de educación media superior del estado de Oaxaca, así como de estados cercanos, migrar a escuelas de educación superior tecnológica de la Ciudad de México, como la UNAM o el IPN. Convirtiéndose en el alma mater donde se han formado miles de exitosos profesionistas que se han desempeñado en diferentes sectores de la sociedad mexicana, principalmente, en el sector industrial.
Este 18 de abril del 2024, el Instituto Tecnológico de Oaxaca se encuentra de manteles largos al celebrar su aniversario número 56. Actualmente, la institución registra poco más de 7,000 estudiantes matriculados en alguna de las diez licenciaturas que oferta, o en alguno de sus cinco programas de posgrado con los que cuenta. A la fecha, ha logrado aportar a la sociedad 49 generaciones de poco más de 30,000 profesionistas, refrendando con esto su importante aporte a la educación tecnológica del sureste del país.
Desafortunadamente, durante los últimos quince años el Instituto Tecnológico de Oaxaca se ha visto envuelto en periodos de inestabilidad interna, generando problemáticas que dañan su imagen institucional y académica. Siendo procesos naturales que toda gran institución padece en algún momento de su historia, y que les permite realizar una autocrítica sobre su desempeño y las consecuencias en su toma de decisiones. Sin embargo, si los periodos de inestabilidad se vuelven recurrentes, sumado a la aplicación defectuosa o errada de soluciones, se generan crisis cíclicas que impiden el adecuado crecimiento y desarrollo de nuevas etapas institucionales.
Actualmente, en el marco de su 56 aniversario el Instituto Tecnológico de Oaxaca se encuentra viviendo una nueva crisis. En plena celebración, la máxima casa de estudios de educación superior tecnológica del estado de Oaxaca no cuenta con un director designado oficialmente. Desde el pasado seis de marzo, y ante la destitución del ahora exdirector Fernando Toledo Toledo, la institución sólo cuenta con un encargado del despacho de dirección, teniendo como comisionado para dicho cargo al Dr. Rubén Doroteo Castillejos.
Esta escenario genera un ambiente de incertidumbre y caos dentro de la institución, principalmente porque, en función de los lineamientos académico-administrativos del Tecnológico Nacional de México, existen diversos procedimientos que no pueden desarrollarse, y problemáticas que tampoco pueden resolverse si no se cuenta con el nombramiento de una figura directiva. Ante esta situación, se desconoce el por qué el director general del Tecnológico Nacional de México, el maestro Ramón Jiménez López, no ha designado al director para el Instituto Tecnológico de Oaxaca.
Situación que sorprende considerando que Ramón Jiménez es un defensor absoluto de la ideología de la cuarta transformación del presidente López Obrador y, por tanto, debe de considerar que para el presidente la educación no es un privilegio ni una mercancía sino un derecho del pueblo, además que, si cualquier sistema educativo está mal, también lo estará todo el núcleo de la sociedad que lo conforma. Escenarios que en tiempos de elecciones resultan contraproducentes para el partido oficialista.
Por tal motivo, no existe duda que es necesaria la pronta designación oficial de un director con la suficiente capacidad para retomar el camino académico y renovar la imagen del Instituto Tecnológico de Oaxaca. Pero, sobre todo, que cuente con el conocimiento sobre la dinámica local de la comunidad tecnológica, lo que permitiría un mejor abordaje de las distintas problemáticas dentro del instituto. Los constantes periodos de crisis de la institución así lo exigen. Además, estas características aumentarían la probabilidad de tener un escenario con estabilidad, permitiendo continuar con los diversos proyectos que se encuentran en proceso y que están vinculados con instituciones a nivel estatal como a nivel federal.
Como en su génesis, el Instituto Tecnológico de Oaxaca se encuentra en un momento crítico, y tal y como su historia lo demuestra, son los actores locales los que verdaderamente pueden sacar adelante a la institución. En este contexto, el director general Ramón Jiménez tiene en el Dr. Rubén Doroteo Castillejos, actual encargado del despacho de dirección, un importante candidato, y sobresaliente académico, con las características necesarias y con una visión fresca para una adecuada proyección de un proyecto institucional para el largo plazo, que puede para tomar las riendas del instituto. No obstante, se espera que cualquiera que sea la decisión del director general, además de pronta, tenga por objetivo asegurar el bienestar y estabilidad a toda la comunidad del Instituto Tecnológico de Oaxaca.
Felicidades a todos los que formamos parte de la comunidad tecnológica del Instituto Tecnológico de Oaxaca