Hach Barum es un libro que reúne cuento, poesía, obra dramática y que está ilustrado por niños y niñas del cuarto grado de la escuela primaria “Presidente Benito Juárez”, San Pedro Pochutla; obra que iniciará un recorrido por países como Francia, Estados Unidos, España y algunos países de América Latina.
Su origen se encuentra en un cuento escrito por Luis Flores, profesor del Instituto de Educación Media Superior del Gobierno de la Ciudad de México y especialista en Letras Rusas; historia que, a su vez, parte de la vida de Robert Bruce, un ciudadano norteamericano que estudió la cultura maya y que se casó con una mexicana para poder vivir en el país y continuar con sus investigaciones, y se enfocó en los mayas lacandones de Nahá.
Ahí, Robert Bruce fue adoptado como “hijo espiritual” de Chan Kin Viejo, un líder religioso de la comunidad. Los lacandones de Nahá llamaban al estadounidense como Hach Barum y a su hija Diana Bruce, Chan Puk.
Luis Flores explica que a partir de esta historia real escribe el cuento, pero en el que Hach Barum es hijo de Chan Kin Viejo y Chan Puk, su compañera de juegos.
Diecisiete años después Dimitri Dudin, un amigo ruso músico y compositor, le pidió que le recomendara en cuento para escribir una ópera. “En ese momento pensé en Hach Barum, refundido por mucho tiempo entre mis papeles y mis libros y se lo envié (…) Mi amigo ruso me llamó y me dijo que le había encantado, pero que éste sólo sería un episodio de la ópera, así que me pidió desarrollar más la historia y que tuviera una fuerte carga dramática (…) Es así como apareció el texto dramático cuyo nombre definitivo sería El Ocaso”.
En una ocasión, recuerda, le pidió a la poeta Berenice Mena que escribiera un poema sobre su cuenta; pero ella, no solamente escribió un poema, sino todo un poemario y, además, empezó a establecer los contactos – por ejemplo, con el profesor Fernando Saynés – para que el libro conformado por cuento, poesía y obra dramática, fuera ilustrado por niños y niñas de San Pedro Pochutla.
“El resultado es maravilloso y con el trabajo de los niños y niñas de ascendencia zapoteca, impresionante, yo no esperaba que como resultado de los dibujos de los niños tuviéramos un diseño de tanta calidad”, expresa. La técnica que utilizaron los niños y niñas fue el humo, el café y la ceniza.
La poeta Berenice Mena agrega que la poesía incluida en el libro habla desde el lenguaje maya lacandón, y era importante que los niños y niñas crearan dentro de sí imágenes visuales poderosas que trabajaron con materiales orgánicos.
“Son toda una secuencia narrativa, una estética visual y una forma de acercarse al fenómeno de lo cosmogónico y lo poético (…) Nos vamos a llevar estos materiales, a Francia y a España en unos meses y ellos saben, yo creo que una particularidad del trabajo de los niños es que al vivir en una primaria que no es particular, sino que pertenece al pueblo, donde hay todo este sentido de adversidad que conocemos en las condiciones, quizá algunas de violencia o de crimen organizado, quizá en ese sentido ellos van a tener la oportunidad de brindar un trabajo personal al mundo”.
Una de las personas clave para la participación de niños y niñas de San Pedro Pochutla fue Hugo FanThomas, que pertenece a la red Educal de la Ciudad de México, quien estableció contactó con el compositor, escritor, profesor y divulgador de la ciencia y la cultura, Fernando Saynés, de esta comunidad de Oaxaca.
“Esto en política se llama construir estados de bienestar y que tiene que ver con acciones positivas que funcionan para frenar incluso las guerras. México no es menor respecto del contexto del mundo, cuando se trata de frenar la violencia. Entonces este proyecto está al mismo nivel de todas las acciones a la que se tendrían que sumar comunidades del mundo para que los niños hagan frente a la violencia”.
Luis Flores va más allá de la importancia o significado social de la participación de los niños y niñas en la ilustración del libro que ya de por sí “es maravilloso”, dice; él destaca el trabajo artístico tanto del profesor que leía distintas partes del libro y los menores, a través su imaginación y creatividad, fueron poco a poco dando lugar a las diferentes imágenes que forman parte del libro.
“Este libro es una verdadera obra de arte en muchos sentidos. No es solamente el texto escrito, sino también es el conjunto de imágenes y el diseño que han hecho que este libro en realidad sea muy valioso desde diferentes perspectivas. De ahí que valga la pena no solamente por la labor social realizada con estos niños de Pochutla, sino también presentarlo como una conjunción de creaciones de diferentes actores”.
Hach Barum está ilustrado con 28 imágenes de un total de más de 50 que crearon los niños y niñas del cuarto grado de la escuela primaria “Presidente Juárez” de San Pedro Pochutla.
“Es un libro que está lleno de sensibilidad, de sonidos, de olores, de cosas que hay que palpar en parte, por el contenido de los textos, pero también en buena parte por las imágenes mismas de creadas por los niños: algo maravilloso, algo mágico que yo creo que no hay que perderse”, manifiesta el escritor Luis Flores.