Desde hace seis meses, 250 personas entre hombres, mujeres, niños, niñas y personas de la tercera edad, continúan en situación de desplazamiento forzado en San Pedro El Alto, municipio de la Sierra Sur de Oaxaca, sin ninguna atención del gobierno del estado que garantice el retorno seguro a sus comunidades y sin ayuda humanitaria.
Hasta ahora, las familias de las rancherías de El Tlacuache y la Cofradía desplazadas por grupos armados de Santo Domingo Teojomulco, se encuentran en un paraje de San Pedro El Alto. Las autoridades comunitarias les han donado madera para que puedan levantar un lugar en el que cual vivir, mientras se logra que puedan regresar a sus hogares. Otros más se han refugiado en casas de familiares, y algunos, rentan un cuarto.
Sin embargo, las condiciones en las que viven son difíciles. Todos ellos dependían del trabajo en la empresa forestal de la comunidad y de sus actividades agrícolas, ahora no tienen empleo y deben recurrir a ofrecerse a lavar ropa o limpiar casas, para tener dinero con el cual comprar comida para su día a día.
Para María Baltazar de 62 años, su esposo Lorenzo Zárate Antonio de 64 años, y sus hijos y nietos, es el segundo desplazamiento forzado que sufren a manos de personas armadas de Teojomulco. En el año 2013, irrumpieron en la comunidad El Durazno, quemaron sus casas, robaron sus propiedades, sus animales. Todos los habitantes se refugiaron en El Tlacuache y en La Cofradía, donde rehicieron sus vidas. En esta primera ocupación, Santo Domingo Teojumulco invadió siete mil hectáreas de San Pedro El Alto, desplazando a las personas de las localidades más cercanas a sus límites territoriales: El Durazno, Llano Manteca y Río Cacho.
Diez años después, el 12 de abril de 2023, la gente de Santo Domingo Teojomulco decide invadir más terreno de San Pedro El Alto. Ese día, un grupo armado ingresa a El Tlacuache que en la víspera habían rodeado, y acuden a casa por casa para obligar a los habitantes a reunirse en la plaza principal. Una vez reunidos, los amenazan para que abandonen la población y dan como plazo un mes.
La amenaza, no obstante, se cumplió hasta el 21 y 22 de marzo de 2024, cuando el grupo armado ingresó violentamente a las rancherías de El Tlacuache y La Cofradía, área en la que se encuentran las empresas comunitarias de aprovechamiento forestal y embotelladora de agua.
Esto provocó el desplazamiento de 80 familias. Ahí sufrieron el robo de una camioneta, una grúa, motosierras y se apoderaron de la embotelladora de agua. Desde entonces, el trabajo en sus dos empresas comunitarias está detenido y ha afectado a 200 empleos directos que generan. Este grupo armado extiende su brecha y se apropia de otras cinco mil hectáreas.
“Necesitamos quien nos apoye, quien nos ayude. Ya tenemos miedo de que cualquier día puedan llegar otra vez y corrernos. Ese es nuestro temor”, expresa María Baltazar.
Desde el año 2014, San Pedro El Alto, comunidad de la Sierra Sur de Oaxaca, ha sufrido la invasión de su territorio rico en recursos forestales, minerales y agua; 100 familias han sido desplazadas de sus rancherías, les han robado maquinaria, madera, vehículos y han obligado a parar sus empresas comunitarias, la de aprovechamiento forestal y la embotelladora de agua.
Los autores materiales e intelectuales, de acuerdo con las personas desplazadas y sus autoridades agrarias, es la comunidad de Santo Domingo Teojomulco encabezada por el presidente municipal Uriel León Venegas, el síndico Eliud Pérez Rojas y el representante comunal Aureliano González Martínez, quien estuvo preso acusado de homicidio por la masacre de Agua Fría, cuando personas armadas de Teojomulco asesinaron a 26 personas indígenas de la comunidad de Xochiltepec, el 31 de mayo de 2002.