Ciudad de México. – Era su momento. Su oportunidad de demostrarle al pueblo de México de qué está hecha. Pero tenía que cumplir con el protocolo constitucional, solo que esta vez, fue contraproducente, porque no se cumplió el adagio popular ¡Muera el Rey…Viva la Reina!
La figura del ex presidente de México, Andrés Manuel López Obrador opacó su toma de protesta, porque todas las porras y la zalamería de legisladores y senadores de Morena y sus partidos afines fueron para AMLO, no para Claudia Sheinbaum Pardo, ungida ya como la primera presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.
Un hecho histórico por lo que representa que una mujer sea la primera presidenta de México.
Eran las 6:00 am de este 1 de octubre de 2024, y el edificio de San Lázaro estaba convertido en un búnker junto con las calles aledañas que fueron completamente cerradas, no había accesos en vehículos, salvo el de las y los diputados, senadores e invitados especiales, los demás tenían que caminar.
Una mañana fría, y a esa hora San Lázaro estaba repleto de periodistas mexicanos y corresponsales de diversos países que llegaron puntuales para dar la cobertura a un evento histórico, más de 1500 reporteros, fotoperiodistas y camarógrafos de prensa, radio, televisión y plataformas digitales presentes en la cobertura del cambio de gobierno.
Por la importancia de un evento de tal magnitud, es importante contextualizar que fueron 35 millones 923,669 personas las que le dieron la confianza a Claudia Sheinbaum para rescatar al país de la inseguridad, la violencia, la corrupción, el nepotismo, pero sobre todo para lograr la gran reconciliación que necesita México, hoy polarizado gracias al odio, al rencor, a la venganza de un expresidente que no supo conducir los destinos de una gran Nación, aunque sus aduladores se molesten con la crítica.
A las 8:00 am empezaron a llegar los nuevos funcionarios que integran el gabinete presidencial, la primera en arribar, por supuesto, fue la nueva secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez para checar que todo estuviera en orden, porque en el exterior del edificio había protesta de empleados del Poder Judicial de la Federación que se manifestaban para exigir un diálogo con Sheinbaum, quien no ha querido recibirlos, al menos eso expresaron en sus consignas.
Y también había grupos de apoyo y porristas cerca de la entrada principal donde ingresaría el expresidente López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum, quienes, al ver entrar a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña le gritaron: ¡Fuera Piña!, ¡Fuera Piña!, en tanto la ministra apresuraba el paso sin voltear a ver a nadie, fue a la única invitada “incómoda” a la que le gritonearon. Todo quedó registrado por la prensa.
A pesar de que también la ministra recibió el desprecio de AMLO en el recinto legislativo, no se inmutó y felicitó a Sheinbaum, ante la mirada dura de López Obrador, que no acaba de entender que ahora es el tiempo de la presidenta y que sus odios no deberían salpicar a Claudia.
Luego en autobuses donde fueron trasladados arribaron los gobernadores y en camionetas los invitados especiales como los presidentes y representantes de diversos países, pero el que dio la nota fue el mandatario de Guatemala, Bernardo Arévalo, quien, al subir las escalinatas de la explanada principal para ingresar al edificio, casi se cae al tropezar con uno de los escalones, de inmediato se reincorporó sin voltear a ver a la prensa que ya habían captado el incidente.
Luego salió la comitiva de las y los diputados y senadores, dos bandos, que recibirían al expresidente AMLO y a la presidenta Claudia Sheinbaum. En la primera comitiva se observó a una senadora, totalmente lopezobradorista, a la oaxaqueña Luisa Cortés, quien no dejaba de gritar junto con sus demás compañeros, salvo los de oposición, la frase trillada:
¡Es un honor estar con Obrador! Y los grupos afines que llegaron exprofeso y se apostaron enfrente del edificio de San Lázaro, le seguían a las vivas, las porras, parecía que quien iba a recibir la banda presidencial era AMLO.
Mientras la segunda comitiva, encargada de recibir a Sheinbaum, estaba integrada solo por mujeres senadoras y diputadas, entre ellas Ana María Lomelí y Andrea Chávez, también iba una oaxaqueña, la legisladora Irma Juan Carlos, quienes vitoreaban: ¡Es un honor estar con Claudia hoy!, pero sus porras, al menos en ese momento, no prendían, casi no se escuchaban.
Pasada las 10:45 am hace su arribo en un Tsuru blanco el expresidente López Obrador y los gritos fueron más fuertes. Llegó acompañado de su esposa Beatriz Gutiérrez Muller, en tanto su hijo el más pequeño, Jesús Ernesto, se adelantó e ingresó con quien parecía su escolta al edificio legislativo.
Con un rostro triunfante, que no dejaba la menor duda de que seguirá más vivo políticamente que nunca, AMLO se dejó apapachar, escuchó elogios de sus representantes populares afines, para luego caminar con paso firme hacia el recinto y tomar su lugar al lado de la presidenta de la mesa directiva, Ifigenia Martínez, quien, debido a su estado de salud tan delicado, traía colocada la mascarilla de oxígeno.
A las 11:24 am llega el momento esperado, el arribo de la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien la comitiva le vitoreaba: ¡presidenta!, ¡presidenta!, mientras ella llegaba acompañada de su esposo Jesús María Tarriba, ataviada con un vestido color marfil con bordado del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, elaborado en Santa María Xadani.
EN SU DISCURSO, SHEINBAUM ELOGIA A AMLO
Ya con la banda presidencial colocada por la diputada Ifigenia Martínez y el expresidente López Obrador, la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum le dedicó unos párrafos a quien la antecedió, elogiando su trabajo de quien, dijo ella, sin temor a equivocarse, que el pueblo lo ha juzgado, es uno de los grandes, el luchador y dirigente político más importante de la historia, solo comparable con Lázaro Cárdenas.
AMLO seguía como pavorreal, solo se le descompuso el rostro cuando vio a la ministra Norma Piña acercarse para saludar y felicitar a Claudia Sheinbaum.
Con su discurso, lo único que hizo Sheinbaum fue rematar que López Obrador seguirá jalando los hilos del gobierno federal y en un segundo plano quedó el mensaje principal de que llegaron todas, las mujeres anónimas, las heroínas anónimas que, desde su hogar, las calles o en sus lugares de trabajo, lucharon por ver este momento.
Es importante recordar que en México no habrá democracia plena sin la inclusión activa de todas las mujeres y ellas confían en que Sheinbaum en su agenda de gobierno priorizará los derechos de todas para poder tener un avance significativo hacia la equidad y la igualdad, pero sobre todo a vivir libres de violencia y asesinatos que enmarcó el sexenio de López Obrador.
Defendió la reforma judicial, pero también destacó que ahora inicia el Segundo Piso de la Cuarta Transformación y dejó claro que ella es madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de este 1 de octubre por voluntad del pueblo de México, es la presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, reiterando que gobernará para todos y para todas.
Al término del evento en el recinto legislativo, justo cuando estaba la toma de fotos y la zalamería, algunos trabajadores del Poder Judicial de la Federación habían logrado burlar el blindaje de San Lázaro y la juez tercero de distrito Hermelinda Martínez estaba plantada con un megáfono en uno de los “corrales” donde se ubicaban los camarógrafos y fotógrafos, acaparando la atención de la prensa que estábamos ahí dando cobertura a la toma de protesta.
Fue la cereza del pastel.
Mientras una de las personas de seguridad a través de su chicharito que traía puesto en los oídos informaba en voz baja que había una persona protestando con pancartas en el área de la prensa, la jueza recriminó que las autoridades del país hayan violentado todas las suspensiones judiciales emitidas por jueces de distrito, en un abierto desacato que se ha mantenido desde el comienzo de la discusión de la Reforma Judicial.
Mientras otro grupo de empleados de esa misma institución protestaba en otra de las áreas del recinto legislativo, la jueza quien acaparó la atención de los medios de comunicación que estábamos ahí presentes, acusó que los poderes Ejecutivo y Legislativo sometieron al Poder Judicial para “hacerlo a modo”.
Lo único que ellos piden, dijo, es un diálogo con la presidenta de la República, porque en la reforma se excluyen sus derechos a la carrera judicial, porque cómo van a poner a gente nueva que no sabe, como la ministra Lenia Batres que no tiene ni idea de lo que es la carrera judicial y tampoco de lo que es la Ley de Amparo y las Suspensiones.
“Si ya corrieron a todos los jueces, acuérdense que juez votado, político asegurado; juez votado, corrupto asegurado, reclamó ante la prensa, para luego retirarse.
Así concluyó la toma de protesta en San Lázaro, entre elogios para el que ya bailó y lo nuevo que no acaba de nacer.
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