Hace 25 años, un grupo de jóvenes fundaron el taller comunitario de máscaras de San Jerónimo Yahuiche: un esfuerzo contra el creciente uso de máscaras de látex importadas de los Estados Unidos en las Muerteadas, tradición característica de las comunidades del valle de Etla, Oaxaca, durante la celebración del Día de Muertos.
Pero su interés por la elaboración de las máscaras inició desde que estaban en la primaria, y la técnica la han perfeccionado a lo largo de 30 años.
El maestro Gerardo Bonilla recuerda que la inquietud surgió en los años de 1989 y 1990. En ese entonces, relata, se empezó a generalizar el uso de máscaras importadas de Estados Unidos en las Muerteadas, principalmente por familiares o amigos que habían emigrado al vecino país del norte para trabajar. Los que aún permanecían en la comunidad, encargaban sus máscaras y se las enviaban; pero, además, porque también dejaron de elaborarse en la población.
“Se había acabado todo tipo de creación en el sentido de representación de un personaje de las muerteadas. Las máscaras se encargaban con amigos de Estados Unidos y ellos enviaban máscaras con luces y todo para darle realce a la festividad”.
Pero llegó un momento en que los habitantes de San Jerónimo Yahuiche dejaron de sentirse identificados con esas máscaras de plástico o látex, y muchos, tampoco tenían dinero para comprarlas o un pariente en los Estados Unidos para pedir que las enviara.
Gerardo Bonilla cuenta que a principios de los años ochenta, cuando estaban en cuarto año de primaria, sus maestros les enseñaron a elaborar máscaras de una manera muy sencilla con materiales como papel y pegamento, entre otros, reciclables.
Después, en el bachillerato conocieron de otros materiales artísticos o artesanales, así como herramientas, como la pintura, los pinceles, y el uso de elementos como plumas, dientes y huesos.
“Eso fue por el 89 y 90, y llegó la inquietud de la creación del taller hace 25 años y de las máscaras que se empezaron a hacer en comparación con las actuales, hay una gran diferencia, tenemos que reconocer ha habido unas generaciones que han aportado su conocimiento al tema, por ejemplo, nos han enseñado a usar espuma como relleno y es muy buena idea porque acorta el tiempo y no afecta el resultado final de la máscara”, dice.
Las máscaras en San Jerónimo Yahuiche están relacionadas directamente con sus historias orales y tradiciones. En su Muerteada, según explica Gerardo Bonilla, se trata de la representación de una historia de la época prerrevolucionaria, antes de la Revolución Mexicana o durante la Revolución Mexicana.
Se trata de un hacendado acaudalado “que podría decirse, tenía todo para ser feliz”, excepto una hija que le hacía pasar bastantes calamidades a pesar de todo su dinero. En la historia, el esposo de su hija, enferma y se encuentra al borde la muerte, y es por ello que llegan a visitarlo un cura, un médico, una enfermera, y el diablo y la muerte que se disputan el alma del yerno del hacendado que está por pasar al otro mundo.
En la Muerteada, entonces, los personajes que tradicionalmente se representaban eran aquellos vinculados a esta historia: el hacendado, la hija, el yerno, el médico, el cura, la enfermera, el diablo y la muerte. Poco a poco, se han incorporado nuevos personajes, y la importación de las máscaras de Estados Unidos relacionadas con la festividad de Halloween, también provocó la introducción de otro tipo de disfraces a la celebración.
Gerardo Bonilla señala que la festividad se ha ido actualizando y enriqueciendo, pero en San Jerónimo Yahuiche, aún mantiene sus raíces.
🎉🎭Taller Comunitario de Máscaras de San Jerónimo Yahuiche preserva la tradición e identidad de las muerteadas de esta comunidad y del Valle Eteco
📳 @jczavalad #Oaxaca pic.twitter.com/w4ItEY98ll— Primera Línea Mx (@esprimeralinea) October 23, 2024
El maestro Bernardo Ruiz Juárez, quien también está a cargo del Taller Comunitario de Máscaras, menciona, por ejemplo, que ahora también se elaboran máscaras de personajes ligados a la comunidad, como rostros de zapotecos en los que destacan sus orejas con accesorios, y las grecas.
Las máscaras de San Jerónimo Yahuiche se producen de manera artesanal con el uso de yeso y papel reciclado obtenido de periódicos y revistas, así como papel craft; también recurren al barro y a la plastilina.