El director del Centro Calpulli, Felipe Sánchez Rodríguez, advierte que en México la situación es alarmante por el porcentaje de población adulta que tiene sobrepeso u obesidad, el cual asciende a un 75 por ciento, mientras que el 50% padece hipertensión.
Otro 14% tiene diabetes y el 15% presenta enfermedades renales; pero el impacto, señala, es aún mayor en zonas rurales y poblaciones indígenas, especialmente en el sur del país donde los casos de síndrome metabólico son alarmantes porque afectan al 68 por ciento de la población que habla alguna lengua indígena.
“El consumo de productos con alto contenido calórico y bebidas azucaradas está profundamente arraigado en Oaxaca, particularmente en zonas urbanas y entre las personas adultas jóvenes.
“Los datos muestran que estos productos representan un porcentaje importante de la dieta, contribuyendo significativamente a problemas de salud, como la diabetes y la obesidad. Las diferencias en patrones de consumo reflejan el acceso desigual a alimentos saludables y la influencia de la publicidad en los hábitos alimentarios”, puntualiza el director del Centro Calpulli.
La atención sobre este problema en el país resurgió luego del anuncio del secretario de Seguridad Pública (SEP), Mario Delgado Carrillo, sobre la prohibición de alimentos “chatarra” en las escuelas de educación básica, media superior y superior, así como por la publicación de los lineamientos con lo que se prohíbe la venta de alimentos con bajos nutrientes en las instituciones educativas.
Felipe Sánchez, no obstante, recuerda que desde octubre del 2020, junto con 28 organizaciones de la sociedad civil en Oaxaca, iniciaron la campaña denominada “Por el Derecho a una Alimentación Sana y Nutritiva Oaxaca sin Chatarra” con el objetivo de contribuir a generar conciencia para lograr una cultura de alimentación sana, revalorar la alimentación tradicional, fortalecer el consumo y la economía local.
Desde entonces, dice, se han generado vinculaciones con centros escolares, docentes y autoridades municipales que poco a poco han ido asumiendo el derecho a una alimentación sana y nutritiva, el cuidado del medio ambiente y los espacios saludables como una acción contundente que cuida la vida.
El titular de la SEP, Mario Delgado, mencionó en la conferencia mañanera que en México 5.7 millones de escolares de entre 5 y 11 años de edad presentan obesidad. De igual forma 10.4 millones de estudiantes de 12 a 19 años también presentan obesidad.
De acuerdo con el funcionario, el 98% de los centros educativos venden comida chatarra, el 95% expenden bebidas azucaradas, en el 79% se consumen refrescos y 25% tienen publicidad de productos chatarra. Aunado a todo esto, en los alrededores del 77% de las escuelas existe venta externa de estos productos.
“Esto se debe en gran medida a que dentro de las escuelas y sus alrededores prevalece un ambiente obesogénico. Eso significa que en las cooperativas se venden productos ultraprocesados y poca o nula comida sana y nutritiva, como por ejemplo frutas y verduras y no existen bebederos de agua potable de alta calidad”, agrega Felipe Sánchez.
El activista y director del Centro Calpulli, ante las declaraciones de Mario Delgado, apunta que la exigencia es que el gobernador y los diputados del Congreso de Oaxaca publiquen los lineamientos sobre alimentación sana y nutritiva de las escuelas.
Además, menciona que deben fortalecer las políticas de alimentación tradicional saludable y en el entorno escolar.
“Es de suma importancia la existencia de bebederos escolares en todos los centros educativos, principalmente en los de alta marginación; promover, de forma amigable, la permanencia y uso del etiquetado frontal de advertencia; y, proteger a las niñas, niños y adolescentes de la publicidad que promueve el consumo de productos ultraprocesados que dañan la salud.
También la exigencia es la creación de programas gubernamentales y diversos espacios deportivos para la actividad física, recreación y deporte, principalmente en zonas de mayor rezago social, y realizar acciones para preservar la seguridad y soberanía alimentaria.