La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) emitió una recomendación por un caso de tortura ocurrida en el año 2018, y en el que confirmó violaciones a los derechos humanos a la seguridad jurídica, legalidad y libertad personal, así como integridad y seguridad personal por actos de tortura y/o malos tratos.
De acuerdo con la recomendación, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI) de la Fiscalía General del Estado detuvieron a un joven el 4 de septiembre de 2018 alrededor de las 13:00 horas en las inmediaciones de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (UABJO), sin contar con una orden de aprehensión y sin ser puesto a disposición ante la autoridad ministerial de forma inmediata.
Al enterarse que fue detenido, los padres del joven acudieron a las instalaciones de la Fiscalía de Oaxaca ubicadas en la agencia La Experimental, donde les informaron que no tenían registro alguno de la detención.
Después, se trasladaron al cuartel de la Policía Estatal, ubicado en Santa María Coyotepec, sitio donde les informaron que su hijo se encontraba en esas instalaciones a la espera de ser certificado medicamente, sin que les permitieran platicar con él, únicamente les comunicaron que sería trasladado a la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Los padres pudieron platicar con su hijo hasta el 5 de septiembre de 2018, en las instalaciones de la entonces PGR y observaron que su hijo se encontraba muy lastimado, caminaba con dificultad, le costaba trabajo sentarse, tenía moretones en diferentes partes de los brazos, nuca, cuello, oído y ojo derecho.
El joven relató que lo habían torturado, lo “levantaron” judiciales vestidos de civil en un carro gris plata, al momento de su detención lo encañonaron a él y a su amigo.
Asimismo, los agentes aprehensores lo sentaron en una silla con las manos esposadas hacia atrás, le colocaron una playera en la cabeza con una bolsa de plástico, lo jalaban por detrás, al momento de que uno de los agentes aprehensores se subía en sus hombros y le tapaba la boca, ahogándolo, hasta que se desmayó, acción que repitieron en cuatro ocasiones.
Cuando se desmayó lo recostaron sobre una cobija y sólo alcanzó a recordar que le bajaron los pantalones, “preguntándole sí había sufrido algún abuso sexual, pero no contestó y comenzó a llorar, sólo comentó que no podía hacer del baño. Finalmente, el joven fue ingresado al penal federal de Miahuatlán de Porfirio Díaz, donde se le instrumentó un proceso penal”.
La DDHPO solicitó a la Comisión Ejecutiva de Atención Integral a Víctimas del Estado de Oaxaca la reparación integral del daño y que se les inscriba en el Registro Nacional y Estatal de Víctimas y puedan acceder a las ayudas y apoyos que tanto la Ley General de Víctimas como la Ley de Víctimas del Estado de Oaxaca establecen.
De la misma forma pidió iniciar los procedimientos administrativos contra los agentes de la Agencia Estatal de Investigaciones y del Ministerio Público implicados en este caso de tortura.