La Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) conmemoró la represión que sufrió la noche del 25 de noviembre del año 2006, cuando, después de una marcha, buscaban recuperar el zócalo de la ciudad de Oaxaca que estaba ocupado por elementos de la entonces Policía Federal Preventiva.
A 18 años de estos hechos, denunció, que ninguno de los responsables de las agresiones, de la tortura y aprehensiones de decenas de profesores y personas que apoyaban el movimiento ha sido presentado ante la justicia, castigado o sancionado penalmente. En particular, señalaron al ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz.
Pero también señalaron a personajes políticos que se beneficiaron del movimiento magisterial y social ocurrido en el año 2006 y que se prolongó hasta el año 2007; específicamente acusaron a Flavio Sosa Villavicencio, quien hoy forma parte del gobierno de Salomón Jara Cruz, y al actual secretario de Gobierno, Jesús Romero López; sobre éste último, se refirieron como “hijo político” de Ulises Ruiz.
La secretaria general de la Sección 22 del SNTE, Yenni Aracely Pérez Martínez, recordó que ella fue una de las víctimas de la represión del 25 de noviembre de 2006, fecha en la que fue detenida por la Policía Federal Preventiva, encarcelada en la prisión de Tlacolula y posteriormente trasladada al penal federal de Nayarit. “No recuerdo una noche más fría. Un frío que calaba hasta los huesos”, manifestó.
La líder sindical aseguró que esto no puede quedar en la impunidad, y mencionó que hay acompañamiento político y jurídico a la Comisión de Víctimas de este gremio magisterial.
Con esta conmemoración de la represión del 25 de noviembre de 2006, el objetivo de la Sección 22 del SNTE es recuperar la memoria histórica del movimiento magisterial. También buscan mantener la unidad con las organizaciones políticas que existen en el estado, con la intención de mantener su fortaleza política y de movilización.
Durante el acto político y cultural realizado en el zócalo de la ciudad de Oaxaca se pasó lista de las 25 personas que murieron durante el conflicto de 2006 en la entidad, la mayoría de ellos profesores; asimismo, se instalaron algunos vendedores ambulantes como parte de esta actividad.