La actividad turística en Oaxaca apenas aporta el 9.20 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del estado, es decir, su desempeño económico del turismo en la economía de la entidad es muy bajo, según datos de la Base Turística Estatal de la Cámara de Diputados Federal.
La información muestra que además la generación de trabajos remunerados es también muy bajo con el 9.86 por ciento de los que existen en el estado, y en números absolutos es de 48 mil 834 puestos de trabajo turísticos ocupados; y los trabajadores ganan en promedio mensual 10 mil 701.89 pesos.
Mientras que el porcentaje de formación bruta de capital fijo-turística es del 3.69 por ciento, las unidades económicas (negocios) dedicados a este sector de la economía son en total 32 mil 301.
Los datos de la Cámara de Diputados Federal señalan que Oaxaca tiene un nivel de especialización turística “muy bajo”, y la estancia media por días-turista al año es del 6.62 por ciento; también una cifra que califica como “muy bajo”.
Además, advierte que la mayoría de los turistas que visitan el estado son nacionales. La base de datos explica que en el estado hay seis millones 575 mil 757 cuartos disponibles, los cuales se ocupan solamente tres millones 50 mil 743 cuartos, es decir, el 46.39%; y de estos, el 39.72% son ocupados por turistas nacionales y el 6.67% son ocupados por turistas extranjeros.
La Cámara de Diputados Federal advierte que no se cuenta con un órgano rector del Estado mexicano que disponga de facultades y atribuciones integrales para promover un modelo de turismo sostenible capaz de incidir en las dimensiones económica, ambiental y social, y menos aun considerando el enfoque territorial de regiones, entidades, municipios y localidades, que es donde se lleva a cabo la actividad.
“Esto a pesar de que existe un marco normativo vigente, con elementos regulatorios endebles y de escaso impacto en la dinámica sectorial”.
Advierte que no hay coordinación efectiva en la toma de decisiones con las regiones, entidades federativas, municipios y localidades, y esto no permite una acción conjunta de los diversos órdenes de gobierno, a pesar de que las entidades federativas cuentan con administraciones propias de la actividad turística.
Además, asegura que no se observó la integración y participación en la gobernanza de las políticas públicas de los sectores privado y social.
“Si se desea impulsar la estrategia de desarrollo turístico sostenible, es indispensable revisar y adecuar la gobernanza de dicha política, a fin de que permita la conducción directa y dirigida de manera compartida entre el gobierno federal y las entidades federativas en la aplicación, seguimiento y evaluación de esa política a escala regional, estatal, municipal y local”, señala, entre otros hallazgos.