Faltan pocos días para que el año 2024 termine, y con ello aumenta la melancolía que genera el dejar atrás problemas, complicaciones y tragos amargos, para renovar la esperanza y los buenos deseos que trae consigo un nuevo año. Sin embargo, y desafortunadamente, como nunca, la gran mayoría de los oaxaqueños viven en la incertidumbre y la desesperanza de que el siguiente año sea peor que el que termina, todo y a pesar de tener un gobierno estatal cercano a la gente y de territorio. Sobre todo, aquellos que de la noche a la mañana se quedaron sin trabajo, como consecuencia de un decreto firmado por servidores públicos de dudosa ética y moral, pero que se sienten con el derecho de juzgar y afectar directamente la vida de miles de familias oaxaqueñas.
Esta desafortunada, y mal calculada operación política, solo es el reflejo de lo que han sido los dos años del desgobierno de Salomón Jara, tomando decisiones al vapor, sin sustento científico ni análisis político previo, pero priorizando el control social y político por medio de la creación de conflictos en todos lados. No obstante, esta forma de desgobernar ya comienza a cobrar factura a la sociedad oaxaqueña, ya que por más maquillado que este el relato del segundo informe, los datos lo evidencian.
Las condiciones del sector salud oaxaqueño es sinónimo de todo lo que esta mal en un gobierno de izquierda, con enfoque de bienestar y, supuestamente, cercano al pueblo. De acuerdo con el testimonio de trabajadores de diversas regiones del estado, los servicios de salud han registrado crisis desde gestiones de gobierno anteriores, pero que en los últimos dos años estos se han agudizado. Teniendo como constante la deuda en el pago de salarios y bonos, la falta de insumos e infraestructura de salud, sin dejar de mencionar la situación de los cerca de 8 mil trabajadores regularizados y formalizados estatales que pueden ser despedidos al no aceptar el nuevo régimen del IMSS-Bienestar.
Sumado a lo anterior, se encuentra el colapso de hospitales a lo largo del 2024; como, por ejemplo, cuando en el hospital Aurelio Valdivieso de la capital oaxaqueña, los elevadores dejaron de funcionar y el personal y familiares tuvieron que cargar a los pacientes para cambiarlos de piso. En otros casos, como en el hospital regional Dr. Pedro Espinoza de Pinotepa Nacional, que desde junio de este año no contaban con autoclave de vapor, las líneas de intercomunicación intrahospitalaria contaban con fallas, no existía el suficiente abastecimiento de medicamentos, material de curación e insumos.
Así como también, diversos testimonios de trabajadores de la salud informan que otros problemas críticos en varios hospitales del estado son: la falta de personal; el servicio inactivo de Rayos X; falta de lavadoras ultrasónicas; malas condiciones del aire acondicionado; fallas del sistema de drenaje; y fallas en el mantenimiento general que ha generado inundaciones registradas a lo largo del 2024. En este punto es necesario saber, ¿dónde ha invertido los 534 millones que menciona Salomón en su segundo informe supuestamente para garantizar el acceso a la salud de los oaxaqueños?
No obstante, de acuerdo con médicos y enfermeras consultadas, lo más preocupante es lo más bajo que ha caído el sistema en tiempos de la cuarta transformación en el proceso de asignación de bases y contratos a personas que no tienen relación alguna con las ciencias médicas.
En este contexto, de acuerdo con datos que proporciona el CONEVAL, Oaxaca es la segunda entidad con un alto porcentaje de su población sin acceso a servicios de salud (65.7%). Lo cual se explica considerando que el mismo CONEVAL señala que durante el tercer trimestre del 2024 el estado de Oaxaca, con un 81.1% registra la tasa más alta de población en la informalidad laboral en México. Es decir, trabajadores tienen un puesto en la vía pública o están contratados por instituciones gubernamentales en el esquema de honorarios, o que trabajan en el campo o del trabajo doméstico. Pero, y contrario a lo que se piensa, en su mayoría, si pagan impuestos, pero no tienen acceso a las garantías laborales elementales.
En materia económica, el gobernador ha señalado que la entidad oaxaqueña ocupó el tercer lugar nacional en crecimiento económico. Sin embargo, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía Federal, al cierre del 2023, la inversión extranjera directa en el estado fue de 63.5 millones de dólares, muy lejos de los 158 millones de dólares registrados al cierre del 2022, justo en el inicio del gobierno de Salomón Jara.
Sumado a lo anterior, según datos del monitoreo de inversión nacional de la misma Secretaría de Economía, entre septiembre del 2023 y septiembre del 2024, de los 587 anuncios de inversión en nuestro país, Oaxaca registra solo 2 anuncios, lo que representa el 0.34% del total de inversión en México.
Por si fuera poco, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, el promedio del salario mensual en Oaxaca al cierre del tercer trimestre del 2024 fue de $7,270 en empleo formal, y de $3,470 en el sector informal. Además, la población económicamente activa en el estado también registra una disminución sostenida, ya que al cierre del 2022 fue de 61.7%, para el 2023 cayó a 60.6%, y al cierre del tercer trimestre del 2024, es de 59.7%.
Sin dejar de mencionar la percepción de los oaxaqueños que, de acuerdo con la asociación Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, el 60.9% de los oaxaqueños considera que su sueldo es insuficiente para superar la pobreza. Dato que cobra sentido considerando que al cierre de noviembre del 2024, y con base en información del CONEVAL, el costo de la canasta alimentaria aumentó 6% en el ámbito urbano, al pasar de $2,225 en noviembre de 2023 a $2,359 en noviembre de 2024. En el ámbito rural, el aumento fue del 5.6%, al pasar de $1,703 en noviembre de 2023 a $1,799 en noviembre del 2024.
Ante escenario no existe claridad del cómo una entidad puede registrar crecimiento económico sin contar con inversión ni con salarios dignos ni certeza laboral al largo plazo. No obstante, los programas asistencialistas del gobierno federal mucho tienen que ver en la dinámica económica local; basta recordar que Chiapas, Guerrero y Oaxaca son los estados donde más se apoya con programas para el bienestar.
De acuerdo con datos del propio gobierno federal, del 2019 hasta el 14 de agosto del 2024, en Oaxaca se han destinado 130 mil 483 millones de pesos, apoyos que llegan de manera directa a 1,555,972 beneficiarios, y en donde en cada familia al menos uno de sus integrantes recibe algún apoyo de los programas federales. En esta línea, históricamente las remesas son parte fundamental del apoyo económico del estado; sin embargo, en este aspecto también existe un retroceso en la época de la primavera oaxaqueña. Datos de la Secretaría de Economía, muestran que, al cierre del tercer trimestre del 2024, el ingreso de remesas es de 1,652 millones de dólares, beneficiando principalmente a Oaxaca de Juárez, Huajuapan de León, Tlacolula de Matamoros, pero lejos de los 2,938 millones de dólares registrados al cierre del 2022.
En otras palabras, en la gestión de Salomón la economía interna del estado de Oaxaca depende del asistencialismo social y las remesas, pero no así de proyectos de desarrollo regional, sostenibles y sustentables. Sumado a que no existe una diversificación de la economía estatal, ya que se sigue priorizando el sector turístico que, además, y en palabras del gobernador, actualmente cuenta con la mejor secretaria de turismo de los últimos 20 años.
Pero no toma en cuenta que, de acuerdo con datos de la base turística de la cámara de diputados federal, la actividad turística en Oaxaca aporta solamente el 9.20% del PIB estatal, es decir, los efectos positivos en la economía oaxaqueña por parte de este sector son muy bajos. De acuerdo con el INEGI y su indicador de la actividad económica estatal, se debe priorizar la inversión en las actividades secundarias como la industria manufacturera, la construcción y comercio de exportación.
Aunque tal vez, y solo tal vez, en la economía oaxaqueña influya en mayor medida la inversión en papel picado y adornos de la temporada facturados, por cantidades dudosas, por la secretaría de turismo.
Por otro lado, en materia de seguridad pública tampoco se registran buenos resultados. Datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2024, en Oaxaca el 95.7% de los delitos cometidos no registra denuncia ni tampoco el inicio de una carpeta de investigación; de los cuales, el 61.6% fue por causas atribuibles a la autoridad, lo que se entiende por miedo a que los extorsionaran, pérdida de tiempo, trámites largos y difíciles, desconfianza en la autoridad y por actitud hostil de la autoridad.
La encuesta también señala que la percepción de la población con respecto de la inseguridad pública en el 2023 en Oaxaca fue de 68.5%; y en comparación con el año 2023, el porcentaje de la población que estima que su entorno es inseguro pasó del 71.2% al 74.4%. De los cuales, el 40.1% de los encuestados considera a la inseguridad pública es el tercer problema más importante de Oaxaca.
Sobre esta misma línea, el Instituto para la Economía y la Paz, especialistas en la identificación y medición de los factores que impulsan la paz, elaboran el índice de paz. Ubicando a Oaxaca en el lugar 14 de 32, siendo una posición media con tendencia a un estado menos pacífico. Es importante señalar que este índice se conforma de aspectos como derechos humanos, distribución equitativa de los recursos, libre flujo de información, niveles de corrupción, entorno empresarial sólido, y funcionamiento del gobierno. Y utiliza información del gobierno mexicano, encuestas nacionales, junto con otras fuentes como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Otros datos alarmantes provienen del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, ya que tan sólo del 1 de enero del 2024 al 31 de octubre del 2024, se registran 77 mujeres víctimas de homicidio doloso, ubicando a la entidad oaxaqueña en el lugar 12, y 196 mujeres víctimas de homicidio culposo que la coloca en el lugar número 2, tan sólo detrás del Estado de México.
Dicho de otra manera, el relato del segundo informe donde señala que Oaxaca es el quinto estado más seguro del país es poco convincente, a pesar de la inversión de 355 millones de pesos para fortalecer la seguridad pública.
En conjunto, los malos resultados de estos dos años del desgobierno de Salomón han repercutido en todos los sectores, lo que ha llevado a una decadencia multidimensional. Por ejemplo, el índice de competitividad 2024, elaborado por el Instituto Mexicano para la Competitividad, coloca al estado con un nivel muy bajo, siendo la única entidad con esta categorización, con su peor desempeño en innovación, economía, educación y política.
En este informe se señala que una competitividad muy baja es consecuencia del rezago que enfrenta el estado en aspectos de carácter estructural que requieren un diseño de políticas públicas multidimensionales para abatirlos. Sobre todo, en aspectos de infraestructura y creación de mercados de trabajo, así como mejorar el acceso a instituciones de salud, aumentar la cobertura de terminales punto de venta y mejorar las condiciones del trabajo informal.
Otros aspectos que también se deben de mejorar son: aumentar el flujo de inversión extranjera directa, que actualmente se registra un 0.1 dólares por millar de PIB nacional; mejorar las condiciones para aumentar la esperanza de vida; incrementar los años de escolaridad en la población de 25 años y más; y, aumentar el nivel de sus ingresos propios que actualmente representan solo el 4% de sus ingresos totales estatales.
Este índice también aporta datos sobre la participación electoral ciudadana, medida como el porcentaje de participación en comparación con el total de la lista nominal, que para la elección de Salomón fue de apenas el 39%, lo cual la ubica en el lugar 30. Se menciona también que el 87% de la población urbana considera que las prácticas corruptas en el estado son muy frecuentes.
Sumado a lo anterior, el índice de progreso social 2024 de la asociación México ¿cómo vamos? ubica al estado de oaxaca en la posición 31 de 32, identificando como sus principales debilidades la carencia por acceso a la alimentación (28.6%) y a los servicios de salud (65.7%), un alto porcentaje de hogares sin disponibilidad de agua dentro de la vivienda (62%), hogares sin computadoras (72.1%), y hogares sin conexión a internet (37.5%).
Hace no mucho el desgobierno de Salomón Jara anunciaba con bombo y platillo las festividades del día de muertos, denominando a esta tradición como la fiesta más viva de todas. En este contexto, pero en contrastre, su gestión se puede catalogar como la primavera más muerta de todas; siendo que es su segundo año y la justificación de la curva de aprendizaje utilizada por Salomón y todo su gabinete durante su primer año, ya no tiene validez.
En la memoria de muchos mexicanos y oaxaqueños aún se encuentra fresco el recuerdo de dos hermanos y el circo que armaron. Uno de ellos presidente, que acabó con el país en nombre de la modernidad bajo un discurso de solidaridad. El otro hermano, un operador “en las sombras” que no pasó mucho tiempo para ser un malestar para el gobierno federal, utilizando métodos de represión bien conocidos de la extinta Dirección Federal de Seguridad, para lograr sus fines personales y control del poder político. Acusado y encarcelado por diversos delitos, entre ellos el enriquecimiento ílicito, del cual unos años después fue exonerado bajo el argumento de que sí se enriqueció pero no violó la ley.
Actualmente, el estado de Oaxaca tiene su propio circo, con un gobernador que esta empeorando la situación del estado en nombre del bienestar, y bajo un falso discurso de por el bien de todos, primero los pobres. Con hermanos, pero con uno en especial que sin tener nombramiento alguno ha sido señalado en diversas ocasiones por intervenir de manera violenta y criminal en diversos asuntos sociales, económicos y políticos del estado. Intentando, por el método de la intimidación y grupos de choque, algo que ni el mismo López Obrador logró, tener todo el control social y político.
Porque saben que en una de esas su circo se termina con la revocación de mandato; algo que hace un año se veía improbable, pero con los recientes hechos es más una probabilidad latente. Sumado a que, y contrario a lo dicho por la presidenta Claudia Sheinbaum que el nepostimo es corrupción y opuesto a los ideales de Morena, en Oaxaca el nepotismos es la marca emblemática de la actual administración de Salomón Jara, ejemplos sobran.
Y para terminar el año, siendo una prueba más de que los operadores de Salomón necesitan unas clases de ciencia y teoría, tanto política como económica, para que entiendan que nada sale bien cuando se busca obtener un objetivo priorizando los golpes bajos, agresiones e intimidación, abren un nuevo frente. Ahora contra 1,344 burocrátas, en un acto inconstitucional contrario no únicamente a los derechos laborales expuestos en la constitución, sino también a los tratados internacionales de los cuales México es parte, como los expuestos en la Organización Internacional del Trabajo.
Este despido masivo fue por medio de un decretazo, sello particular en los tiempos neoliberales, de los cuales Salomón Jara siempre hace referencia y que hoy lleva a la práctica. Y aunque justifica esta acción en nombre de la austeridad republicana para hacer un mejor uso de los recursos públicos y de ahorro dentro de la administración estatal, lo cierto es que parece más un berrinche, chantaje político y una represión abierta como consecuencia de la derrota de la planilla oficialista en las recientes elecciones sindicales. De lo contrario, si de austeridad se refiere, ¿por qué tanta inversión en conciertos gratis? ¿Para qué utilizar adornos con precios desproporcionados?
Por si fuera poco, y no contentos con el circo en funciones que ya tienen, solo unas
horas después del decretazo liberaron a la ex edil de Nochixtlán ligada a la desaparición de la activista Claudia Uruchurtu.
Estos últimos dos hechos son más críticos de los que se pueda pensar, porque después de dos años, Salomón ha mostrado su verdadera cara: tocar a cualquiera solo para satisfacer su ego y sus objetivos políticos. Si hoy tocaron a los burocrátas, y ya tiene metidas las manos en la sección 22, ¿mañana a quiénes les tocará sentir todo el peso del bienestar? Diversas voces de la ciudadanía de a pie señalan que por el bien de Oaxaca, pero sobre todo, de los Jara, recuerden que en política nadie gana todo, nadie pierde todo y nada es para siempre.