Una diacronía de crisis sociales ha despertado en la población la incertidumbre porque el régimen ha perdido el rumbo y parece seguir las huellas de administraciones pasadas. En el fondo el gobierno primaveroinfernal que parece obviar la presencia de los movimientos sociales y los relega, simulando no ver ni oir los reclamos de las promesas hechas apenas hace dos años cuando los tránsfugas e izquierdistas adoctrinados arribaron al poder. Todavía ahora como si permanecieran en su primer dia de mandato, no dejan de ostentar que provienen de la lucha social, que son un gobierno que “como nunca” ha tenido Oaxaca y que son diferentes a todos ellos. Para nadie pasa desapercibido que poco a poco va perdiendo la cordura y la tolerancia, como lo demostró desde el mismísimo día de su asunción cuando desalojó a indígenas triquis que permanecían hacinados desde hacía doce años en los corredores del Palacio de Gobierno. Poco después tampoco pudo contener su furia cuando en una puerta lateral del Palacio gaseó a autoridades y vecinos de una comunidad de la Sierra Juárez. El gobernador y el secretario de gobierno no dejan de repetir que ellos no son autoritarios y que nunca van a reprimir a la población y a los grupos y organizaciones que protestan, ya que es un derecho constitucional y están obligados a respetarlo y garantizarlo. ¿Qué dirán los normalistas? La pura demagogia en su apogeo, no eran mas que perversos tartufos advenedizos, beneficiados con el poder arrollador de El peje. Ensoberbecido el régimen morenista con toda impunidad e inmunidad se atreve a abrir frentes de guerra por todas partes retando -no a los otros dos Poderes sumisos-, sino a organizaciones sociales, sindicatos y movimientos de defensores de Derechos humanos, ambientalistas y del territorio; cuestionando además el trabajo de medios independientes que solo difunden la realidad de Oaxaca; que dan a conocer profesionalmente las cifras escalofriantes con que opera la criminalidad. Son muchos los programas y las acciones que dice el gobierno que ha emprendido contra el hampa, pero en realidad la delincuencia duerme en los cuarteles con la policía. Aunque el crimen y la inseguridad están latentes en todo el territorio oaxaqueño. el régimen no acepta su existencia, pero la delincuencia organizada ya está aquí operando impunemente. El gobierno morenista está mas consagrado en sacar los lodos de la corrupción del priato que en atender los reclamos y necesidades primarias que no podrán solucionarse con un faraónico Parque Primavera, ya que por lo menos serían necesarios 570, para tener uno en cada municipio, felicidad que se complementaría con “gozonas” y “guelaguetza” los 365 días del año. Por otra parte, el gobierno ha repetido con estridencia que no habrá techo financiero para las organizaciones sociales y que se pudran tomando plazas, edificios públicos y carreteras federales ya que ellos no harán el desalojo, que será llevado a cabo por los simios de la guardia nacional, soldados y marinos. Hace 18 años Ulises Ruiz se sentía protegido por Vicente Fox; el de ahora, por Claudia Sheinbaum. Sabiéndose protegido por otro poder, el gobierno primaveroinfernal de Oaxaca está perfilándose como un régimen soberbio y autoritario, y si no se contiene va “rápido y furioso” al ulisiato.
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A propósito del gobierno primaveroinfernal que no quiere ver la realidad de Oaxaca: cuando el Premio Nobel Mario Vargas Llosa perdió las elecciones para la presidencia de la República del Perú, ante Alberto Fujimori, la gente le gritaba al novelista derechista: ésta es una realidad, no una novela.
SOLAMENTE para los círculos privilegiados, para los dueños del poder y el dinero habrá ésta Navidad y Año Nuevo montañas de regalos, derrame de champaña y largas mesas con pavos, bacalao, codornices… la abundancia desbordada, el derroche, los brindis y choque de copas en los palacios, en las calles y las plazas del centro, la algarabía y la pirotecnia, la iluminación profusa y los adornos que costaron al pueblo millones de pesos, para presumir la abundancia de un régimen que se dice de izquierda y cuyo mandatario baja hasta la plaza mayor para darse su baño de pueblo, teniendo como principal orgullo un parque que el régimen de tartufos considera como el mejor del mundo. Pero más allá, lejos del brindis y las gozonas, la pobreza no tiene mas que recobrar su fuerza para sobrevivir otro día, hacinados son gente que nunca han conocido ni han tenido una celebración de Navidad ni Año Nuevo, menos podrán ir, de tan lejos como están, a un parque que es la insignia de un gobierno frívolo y corrupto. Los niños migrantes cuyos piececitos recorren miles de kilómetros de la mano de sus padres tampoco podrán ser parte de estas celebraciones. Niños indígenas, migrantes y de la calle, o hijos de empleados despedidos, tampoco recibirán regalos de los Santos Reyes. “Qué tristes viven los niños en las casas de cartón… qué lejos pasa la esperanza de las casas de cartón”.
So long raza y Feliz Navidad.