Entre diciembre de 2018 y septiembre de 2024, 18 niñas y adolescentes fueron víctimas de feminicidio en el estado de Oaxaca, según el monitoreo realizado por Aquí Estamos, un colectivo de mujeres periodistas y diseñadoras.
El proyecto, que a través del periodismo colaborativo visibiliza el feminicidio de niñas y adolescentes en México, recupera las historias de vida de las menores de edad asesinadas en el estado y en otros estados del país, durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Por ejemplo, menciona el caso de América Lizeth, de 17 años, quien descansaba en su casa cuando fue asesinada con un tiro en la cabeza el 7 de mayo de 2022; estaba embarazada y se sospecha que el culpable es su pareja. Y el caso de una menor de 9 años y su mamá, quienes fueron asesinadas al interior de su casa el 20 de diciembre de 2023, y donde no hubo detenidos; entre muchos otros. Ambas, del estado de Oaxaca.
El monitoreo de Aquí Estamos señala que los cinco estados considerados como los más peligrosos para ser una menor de edad son el Estado de México que en estos seis años registró 75 feminicidios de niñas y adolescentes, Veracruz con 35, Puebla con 28, Jalisco con 21 y Chihuahua con 19.
Mientras que en los que se registraron menos feminicidios de menores fueron Baja California Sur, Tlaxcala y Yucatán con 1, respectivamente. En este sexenio, no hubo ningún estado de la República Mexicana donde no se registró, por lo menos, un feminicidio de una menor de edad.
Durante todo el sexenio prevaleció como la edad de mayor riesgo, en la adolescencia, los 16 años con 62 feminicidios, 17 años con 56 y 14 años con 36.
Mientras que, en la pubertad se registró el mayor pico en los 13 y 12 años con 24 casos, 11 con 13 y 10 años con 10 casos. En la primera infancia, que abarca del nacimiento a los 5 años de edad, el mayor riesgo se encuentra para las niñas de 2 años con 22 casos, 3 con 16, 5 con 13 y en menores de 1 año sumaron 7 casos.
Con respecto a los lugares en los que fueron hallados los cuerpos sin vida de las víctimas de feminicidio, predomina un espacio privado: el hogar. Durante este sexenio 128 niñas y adolescentes fueron asesinadas en su propia casa, de las cuales, 30 murieron a manos de su padrastro. Otras 55 menores fueron asesinadas por algún otro familiar (tíos, hermanos, mamás, ex parejas) o conocido de la familia (vecinos, amigos).
En cuanto al espacio público, fueron reiterados los hallazgos en plena calle con 53 casos, lotes baldíos con 51 o la pérdida de la vida en el hospital con 32. “En el caso de las que perdieron la vida en una institución de salud fue común que se encontraran en su infancia y que el asesino fuera su padrastro, a veces con el encubrimiento de la madre”.
“Otros aspectos que predominan en el hallazgo del cuerpo en un espacio público como brechas, lotes baldíos, barrancos o ríos, es que implica que el ataque a la víctima ocurrió mientras caminaba de manera habitual por ese lugar o los perpetradores la llevaron a ese espacio para abusar sexualmente de ella y después cometer otro tipo de crímenes”.
El proyecto señala que en 99 de los feminicidios de niñas y adolescentes está involucrado el ataque sexual en conjunto con otro tipo de violencia como golpes, estrangulamiento, tortura o apuñalamiento. Otras formas de violencia fueron los disparos, golpes, estrangulamiento y apuñalamiento.
En 138 feminicidios no hubo seguimiento conocido a los casos y, por lo tanto, no hubo detenidos. O únicamente se concluyó que fue una persona desconocida, en 53 casos, la que cometió el crimen. Sin embargo, 139 de los feminicidios se perpetraron por personas conocidas o familiares de las menores: padrastro 49 casos, conocidos 39, pareja 29, papá 14, ex pareja 11, entre otros.
“Del total de los feminicidios en relación de parentesco, el 32% involucró a un integrante de la familia o del círculo familiar. En este último dato se mantiene la tendencia del sexenio, donde el lugar más peligroso para las menores fue el hogar y la familia, además de conocidos, fueron los principales feminicidas de las menores”.