Expolición
Cazafantasmas
Amado Sanmartín Hernández
Desde hace ya algún tiempo, unas veces con tropos, la mayoría de veces haciendo trizas la sintaxis, otras de manera convencional y con un Premio Estatal de Periodismo, en crónica, (Crónica de una victoria derrotada, 1987) asumí con responsabilidad, con dignidad y nobleza “el oficio más bello del mundo” como decía Gabriel García Márquez. Eran tiempos de inclinarse por un periodismo crítico y de conciencia, pero también de mucho riesgo ante la cancelación de derechos y libertades de regímenes autoritarios del diazordacismo y el echeverriato. En Oaxaca muchos escribieron las crónicas del movimiento estudiantil que derrocó al gobierno de Manuel Zárate Aquino; ahí estuvimos en la lucha, como en el movimiento social del 2006, cuya narrativa se extiende hasta nuestros días. En todo este tiempo para desarrollar mi tarea, he podido sostener una línea crítica e independiente, preocupado siempre en respetar los derechos de los lectores con información razonada e irrefutable; sin permitir resquicios para aclaraciones, reclamos o réplicas. Lo anterior viene al caso porque en la última entrega bajo el título de ¿Un Crimen de Estado?, mencioné el nombre del Dr. Fernando Barrita, cuando lo correcto era Alejandro Barrita, durante el recuento de los sacrificados por el gobierno, por estar enterado de muchas cosas y ya no les eran útiles después del movimiento social del 2006, suceso totalmente ajeno al honorable ex Presidente Magistrado del Tribunal Superior de Justicia a quien tuve el honor de entrevistar cuando el Poder Judicial de Oaxaca estaba instalado en Independencia y Melchor Ocampo de esta ciudad. Fueron testigos de esa entrevista los abogados Adrián Luna, su secretario particular y su asesor Jaime Ruiz Canseco. Dada su nobleza, puede ser que el doctor Fernando Barrita ni siquiera haya pensado en hacer una aclaración a este columnista acerca de que él no era la persona que yo mencioné, por lo que respondiendo a ese noble gesto, hago la aclaración de rigor, que obviamente el jurisconsulto no necesita, de todas maneras mi agradecimiento es sincero y donde quiera que esté le deseo suerte y envío un abrazo fraterno. Atentamente, Amado Sanmartín Hernández.
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LOS fantasmas de los regímenes pasados no van tras del gobernador de Oaxaca, el secretario de Gobierno o el Rasputín del mandatario, el tal Geovany, sino son ellos los que ahora los persiguen, con tal rabia que desatienden asuntos importantes para los oaxaqueños y las soluciones rápidas a las crisis y conflictos sociales, los cuales parecen brotar como hongos de la noche a la mañana. No solamente en las conferencias con la mediocracia virreinal sino en cualquier otro sitio en que los funcionarios del gabinetazo demonicen al muratismo corrupto y depredador de los dineros públicos, sino también de la prensa crítica independiente, líderes sociales y defensores de Derechos Humanos, del territorio y de quienes asesoran a comunidades en permanentes conflictos por mojoneras o por sordera y olvido del gobierno del Estado. Por andar de cazafantasmas, el gabinete morenista como ya todo mundo sabe, (pre)ocupado en asuntos folclóricos y de Gozonas da respuestas a promesas, compromisos y minutas que tiene pendientes desde que se inició el sexenio; muchos han sido los pueblos que han venido a reclamar las ofertas no solamente de campaña, sino las que el gobernador hace en su recorrido por el Estado como explorador de yacimientos mineros o de petróleo. Lo que ahora se dice es que anda haciendo proselitismo por si se lleva a cabo la revocación de mandato a cambio de un dinerito o un camino con trabajo del propio pueblo, el pueblo generoso no dudaría en darle su voto como lo hace a veces por una despensa de 120 pesos. El gobierno despotrica contra las marchas y cualquier movimiento social y dice que no hay necesidad de tanto alboroto porque ya les ha dado apoyos a muchos pueblos y muestra fotografías donde aparece el gobernador y los funcionarios en alegre convivio con la gente y firmando acuerdos. Luego y el mas insistente, el secretario de gobierno, ante la exigencia del cumplimiento gubernamental los amenaza con iniciarles una carpeta judicial, porque ya tienen plenamente identificados a los alborotadores y quienes encabezan los movimientos populares. Por ejemplo el reciente caso de San Francisco Platanillo. El gobierno dice que ya está solucionado el conflicto en el que murieron tres personas militantes de UCISONI, pero la misma gente y sus autoridades aseguran que el problema sigue igual y que de los responsables ninguno ha sido detenido. Lo mismo se ha dicho de la policía preventiva, la cual se amotinó en su cuartel de Santa María Coyotepec ante su lamentable situación laboral y que el gobierno presume que es la más profesional, preparada y mejor pagada del país, cuando en realidad los uniformados exigieron una mejor pensión, viviendas y servicios de salud, señalando que sus chalecos anti balas tienen que coserlos y parcharlos por su mala calidad y el uso que le dan. Y para acabarla, en los momentos en que los mandatarios de Puebla y Oaxaca firmaban un convenio de seguridad entre ambas entidades, fueron lanzados dos cadáveres en territorio oaxaqueño que se presume fueron llevados del Estado vecino. En tanto, la delincuencia y la inseguridad crecen exponencialmente, pero esto sólo lo advierte el pueblo. So long.