Desde el lunes 10 de marzo, los accesos al Aeropuerto Internacional de Tijuana permanecen bloqueados por habitantes de la colonia Maclovio Rojas, quienes exigen la regularización de más de mil 200 predios, afectando a viajeros durante tres días consecutivos. La terminal opera bajo presión con transporte gratuito desde Otay y Libertad, mientras las vialidades cercanas, como la carretera a Tecate, siguen cerradas, complicando llegadas y salidas.
La administración del aeropuerto ha implementado autobuses desde puntos estratégicos para mitigar el impacto, pero el caos vial ha generado retrasos en vuelos y molestias entre los usuarios, muchos de los cuales cruzan la frontera hacia San Diego vía CBX. Las protestas, que iniciaron como una demanda de escrituras, han escalado al punto de paralizar una de las principales entradas aéreas del noroeste de México.
Autoridades estatales y municipales aún no logran un acuerdo con los manifestantes, pese a la intervención de la Guardia Nacional para resguardar la zona, sin éxito en despejar las vías. La gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda enfrenta críticas por la falta de solución, mientras el aeropuerto opera con personal limitado en tierra y ajusta horarios de despegue.
El Aeropuerto de Tijuana, que manejó más de 13 millones de pasajeros en 2024, es vital para la conectividad binacional, y este bloqueo pone en riesgo su funcionalidad en un día ya complicado por el Frente Frío 34, que suspendió clases en la región. Las aerolíneas han pedido a los pasajeros llegar con mayor anticipación, aunque la incertidumbre persiste.