Mientras cientos de turistas y locales admiraban el fenómeno de luz y sombra que simula el descenso de Kukulcán en la pirámide conocida como El Castillo, un alemán burló la seguridad y escaló la estructura, una acción estrictamente prohibida desde 2008 por el INAH para preservar el monumento.
El turista alcanzó una altura considerable antes de que personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y guardias intervinieran para bajarlo. Sin embargo, la multitud, indignada por el acto, lo recibió con golpes, gritos e insultos, exigiendo castigos que iban desde ‘cárcel’ hasta ‘sacrificio’, en un eco simbólico de antiguas prácticas mayas. Videos del momento muestran al hombre siendo protegido por autoridades para evitar un linchamiento mayor.
El Castillo, epicentro del fenómeno arqueoastronómico que atrae a unos 12,000 visitantes cada equinoccio, es un símbolo sagrado y patrimonio mundial de la UNESCO. Según la Ley Federal sobre Monumentos, esta infracción puede acarrear multas de hasta 1,000 días de salario mínimo o detención, aunque no se ha precisado el destino del infractor.
Las autoridades locales y federales, que habían reforzado la seguridad con un operativo especial del 17 al 23 de marzo, enfrentaron críticas por el fallo en el control. El INAH informó que el alemán fue puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado de Yucatán.