Desde el viernes 28 de marzo de 2025, medios aseguran que Studio Ghibli, el legendario estudio de animación detrás de ‘El Viaje de Chihiro’, interpuso una demanda contra OpenAI por el uso no autorizado de su estilo en ChatGPT. La polémica surge tras el lanzamiento de la actualización GPT-4o el 25 de marzo, que permite generar imágenes al estilo Ghibli, desatando una fiebre viral que colapsó los servidores de OpenAI y llevó a Sam Altman a limitar su uso gratuito.
Según los reportes, Ghibli habría notificado a OpenAI el 28 de marzo, exigiendo el cese inmediato de la función y la eliminación de todo contenido generado, alegando una infracción de derechos de autor por un supuesto 30% de similitud con sus obras. Algunos posts en X, como el de @YukiVongola, incluyen imágenes de una carta que detalla un plazo de siete días para cumplir, pero la autenticidad de estos documentos es cuestionada: expertos señalan que podrían ser falsificaciones creadas con IA, irónicamente, a partir de demandas previas del estudio.
La tendencia ‘Ghibli’ ya había generado críticas éticas por el uso de obras protegidas para entrenar la IA, un tema sensible desde que Hayao Miyazaki llamó a la animación por IA ‘un insulto a la vida misma’ en 2016. Artistas como Karla Ortiz, que demandó a otros generadores de IA, pidieron a Ghibli actuar ‘con todo’ contra OpenAI, mientras la Casa Blanca y figuras como Nayib Bukele se sumaron al trend, avivando el debate. Sin embargo, ni Studio Ghibli en Japón ni OpenAI han emitido un comunicado oficial, y la prensa tradicional guarda silencio.
El caso, real o no, expone la zona gris legal de la IA: el estilo no está protegido por derechos de autor, pero entrenar modelos con obras sin permiso sí podría serlo, según abogados como Josh Weigensberg. OpenAI sostiene que su herramienta evita replicar artistas vivos individuales, permitiendo solo ‘estilos de estudio amplios’, pero esto no calma a los fans de Miyazaki, quienes ven una explotación de su legado.