Miguel Cortés Miranda, químico señalado como feminicida serial en Iztacalco, murió la mañana del 13 de abril de 2025 tras desvanecerse en su celda del Reclusorio Oriente, según confirmaron autoridades penitenciarias. Fue trasladado a un hospital, donde se reportó su fallecimiento, presuntamente por un infarto.
Detenido en abril de 2024 por el feminicidio de María José, de 17 años, y la tentativa de feminicidio contra su madre, Cassandra, Cortés Miranda estaba vinculado a proceso por al menos siete asesinatos. En su departamento se hallaron restos humanos, cinco cráneos, credenciales y un diario que detallaba sus crímenes desde 2012.
La Fiscalía de la Ciudad de México investigaba su posible relación con hasta 20 feminicidios, aunque solo siete víctimas fueron confirmadas. Su muerte interrumpe el proceso judicial, generando indignación entre familiares que buscaban justicia por las mujeres asesinadas, incluyendo a Frida Sofía, desaparecida en 2015.
El caso expuso fallas en la investigación de desapariciones, ya que varias víctimas estaban vinculadas a Cortés Miranda sin que las autoridades lo detectaran antes. Activistas y familias han criticado la falta de recursos para prevenir feminicidios y localizar a mujeres desaparecidas en México.
La muerte de Cortés Miranda cierra un capítulo sin respuestas definitivas, mientras el debate sobre la violencia de género y la impunidad en el país se intensifica. Las autoridades no han revelado si habrá investigaciones adicionales sobre cómplices o casos relacionados.