Desde el PRI Oaxaca, la presidenta estatal, Carmelita Ricárdez, emitió un contundente posicionamiento, en congruencia con la postura fijada por el presidente nacional del PRI, el senador Alejandro Moreno Cárdenas, sobre la profunda crisis que atraviesa Petróleos Mexicanos y sus devastadoras implicaciones para el país.
Aseguró que Pemex, lejos de representar un activo estratégico, se ha convertido en un símbolo del fracaso de la administración morenista: un barril sin fondo, que consume miles de millones de pesos sin generar resultados, mientras México se hunde en un entorno de incertidumbre económica, colapso institucional y retroceso social.
Ricárdez detalló que, desde 2018, se han destinado más de 2 billones de pesos del erario público para intentar sostener a la paraestatal. Sin embargo, la producción petrolera sigue cayendo, las pérdidas aumentan y los problemas estructurales no solo persisten, sino se agravan. “Este no es un rescate: es un subsidio sin rumbo, que sirve más para sostener propaganda, que para construir futuro”, afirmó.
Uno de los datos más preocupantes que destacó, es el crecimiento brutal de la deuda con proveedores, que pasó de 150 mil millones de pesos en 2018 a casi un billón en la actualidad. “Eso ha provocado el cierre de empresas, despidos masivos y una cadena de quiebras en el sector energético. Lo que vemos es un crimen económico encubierto por discursos huecos”, señaló.
La presidenta del PRI Oaxaca también enfatizó que, lo que sucede con Pemex, es solo la cara visible de un problema más profundo: un país endeudado, con una economía estancada, un sistema de salud colapsado, sin medicamentos ni atención básica, sin crecimiento real, con inseguridad desbordada y sin recursos suficientes en el SAT para cumplir con devoluciones a contribuyentes.
“La llamada soberanía energética ha sido una mentira costosa”, lamentó, al referirse a la refinería de Dos Bocas como una obra fallida, que fue construida en una zona inadecuada, sin tecnología funcional, y representa otro lastre financiero para la nación.
Ricárdez concluyó señalando que el PRI no se quedará callado, mientras México se hunde por decisiones políticas irresponsables. “Como mujer, como oaxaqueña y como priista, no puedo permanecer indiferente ante el desmantelamiento del país. Pemex está en ruinas y México en emergencia. El desastre no puede seguir”, sentenció.
Este pronunciamiento se suma a la exigencia nacional por un cambio urgente en la administración de los recursos públicos y en la visión de desarrollo energético del país. Desde Oaxaca, la voz del PRI se levanta con firmeza: basta de mentiras, basta de saqueo, México merece un futuro mejor.