Su cuerpo sin vida fue localizado en la presa de Suchilquitongo, Etla, después de más de una semana de su desaparición. El asesinato de Geovanna, una mujer trans, al igual que de las 477 mujeres y niñas, permanecen en su mayoría en la impunidad.
“La administración de Alejandro Murat, es una indignante muestra del nivel de violencia machista y la misoginia que persisten en Oaxaca. Expresiones discriminatorias, actos de violencia que se materializan en crímenes de odio, graves violaciones a los derechos humanos por motivos relacionados a la orientación sexual, la identidad o expresión de género de las víctimas, deben ser erradicadas de nuestra sociedad a través de políticas públicas de inclusión que reconozcan los derechos a la diversidad sexual y de género”, condenó el Grupo de Estudios sobre la Mujer Rosario Castellanos (GESMujer).
Geovanna, desde su expresión de ser mujer, es una víctima más de las omisiones y negligencias de la Fiscalía Gneral del Estado de Oxaca (FGEO), ya que fue reportada como desaparecida a la unidad de búsqueda de personas no localizadas, pero no lograron encontrarla con vida.
Lo anterior, al igual que el 25 por ciento de las 94 mujeres asesinadas de manera violenta en lo que va del año, donde sus cuerpos son abandonados en lotes baldíos, barrancos, poblados solitarios, caminos de terracería, en el basurero, en fosas clandestinas o, como en este caso en una presa, representa una deshumanización de su cuerpo y por lo tanto debe considerarse como un transfeminicidio, señaló la organización.
“Como GESMujer manifestamos nuestra indignación por este crimen de odio y en ese sentido demandamos que sea investigado bajo el protocolo de feminicidio, pues urge que se implementen investigaciones que lleven a la sanción ante asesinatos violentos por orientación de género”, manifestó.